Estoy fastidiado de una rodilla y no puedo salir de casa. Cuando se lo cuento a un amigo por teléfono, él se me convierte en médico especialista y me dice sin pensarlo demasiado:

-Me da que tienes un menisco roto. O algún músculo importante.

-Pero si yo no he sido ni soy futbolista...

Lo cierto es que, para no aburrirme demasiado, cojo un libro pero lo suelto por pesado; tomo otro y lo vuelvo a poner en su sitio porque no me va. Menos mal que me distraigo subrayando palabras que considero erróneas o fuera de su lugar correcto. Y para que también se distraigan ustedes voy con algunos ejemplos. Así me olvido de mi rótula, de mi menisco, de mi posible derrame sinovial... Vean, que la cosa tiene su importancia:

En uno de los libros leo: "Participar del festín que este año celebramos entorno al Cristo". Mi opinión pueblerina me dice que debió escribirse en torno, en dos palabras en lugar de una. ¡Pero vayan ustedes a saber!

En este mismo periódico, que es tanto de ustedes como mío, leí el 25 de marzo estas palabras: "No estoy seguro de que García Márquez andara convencido al cien por cien de una...". Seguro que si el señor García Márquez tuvo oportunidad de leer la frase, el hombre se quedaría asombrado por la palabra andara, escrita en lugar de anduviera, que es lo correcto. Pero...

Vamos a ver qué les parece a ustedes esta oración: "El cabeza de lista ya se vio en la valla por la Isla, aunque ladeada y media escondida". Como soy un tío raro, no tiene nada de particular que la frase sea correcta, aunque a mí no me lo parezca. Lo digo porque mi mano hubiera escrito medio ladeada en lugar de media ladeada. Yo sería incapaz de decir que Pepita está media loca. Diría que está medio loca. Pero esta es una opinión muy personal y es posible que mi error sea, una vez más, morrocotudo. En ese caso, perdonen ustedes por Dios.

Abandono momentáneamente los libros, los periódicos y las revistas para pasar a la televisión. Dijo una locutora bastante guapa: "El mayor volumen de tráfico del día..." Y dijo bien, pero en las letras que en la pantalla acompañaban a las palabras porque la señorita era extranjera, la voz volumen tenía un hermoso acento (quise decir tilde, perdón) en la vocal ú. ¿Están ustedes de acuerdo con la muchacha o con el párrafo? Mi modesta opinión es que el vocablo volumen - ¡pobrecillo!- no merece que lo adornen sin necesidad; pero...

Vuelvo a la letra impresa que es mucho más rica. "No hay duda alguna que la elección hubiera sido afortunada". Esto del queísmo y el dequeísmo es un rollo macabeo, según mi sobrino. A mí no me lo parece y yo hubiera escrito "duda alguna de que, en lugar de duda alguna que". Y no soy dequeísta, que conste. Lo malo es que esta frase la copié de un libro del señor Cela, premio Nobel, como ustedes saben. Concretamente lo leí en el tomo 13 de sus obras completas, en la página 548. ¿Cómo va a ser queísta don Camilo?

Vamos a otra cosilla: "Toda esa sangrienta epopeya, cuya crueldad acrecéntase aún con la expresión mecánica". Lo leí en una Historia del Arte de un célebre autor, pero a mí me parece que, en lugar de acrecéntase debió escribirse acreciéntase. ¿Estoy en lo cierto o he metido, una vez más, la patita?

En cuanto a la oración "Se tratan de dos policías que estaban de servicio", no creo necesario decir que eso de "se tratan", en lugar de "se trata"; es una ignorancia más ignorante que "mis ignorancias". ¡Que ya es decir!

Finalizo ya. Perdonen que me haya excedido en más de un renglón y en más de dos. En un importante libro de un no menos importante escritor me encuentro esto: "Sus vidas han cambiado demasiado rápido". Creo que debió escribirse rápidamente en lugar de rápido porque el adjetivo, que yo sepa, no modifica la acción del verbo. Por eso debió utilizarse -eso creo yo, al menos- el adverbio rápidamente. Ustedes dirán.