El Rosario se impuso ayer con mayor facilidad de la prevista a un desdibujado Tegueste, por 12-9, lo que le permite situarse como nuevo líder de la Copa Insular de Primera Categoría.
El conjunto vallero se mostró autoritario, con la buena actuación de sus dos juveniles, Eusebio Ledesma “El Niño” y Carlos Santana, desde las primeras sillas, frente a un equipo teguestero irreconocible, que siempre estuvo a remolque en el marcador.
De hecho, el parcial llegó a ser de 8-3, después de que, por un lado, Eusebio Ledesma diera en tierra con José Manuel Rodríguez y Abián González, y por otro, Carlos Santana tirar a Cristian Galván (lucha a lucha) y sorprendiera al visitante Mahamadou Cámara, dándole las dos seguidas (6-2).
A partir de aquí, nado contracorriente el conjunto de un Nacho Ramos que no pudo contar con el destacado C, Juan Jesús Jorge, y que tampoco puso en liza a sus mejores juveniles: Sandro Ramos y Rubén Galván.
Pareció dosificarse el Tegueste, pensando en próximas luchadas, pero la gracia le pudo salir cara si no es por la buena labor del puntal C, Óliver Gil (al que Juan Luis Santana fue “echando” carnaza en las primeras sillas) y la eliminación del destacado B, Adrián López, que se fue lucha a lucha con “El Niño”, separándose en la tercera agarrada, cortando un poco la sangría.
Gil salió para emparejar y así fue sumando puntos ante Sergio Rodríguez, Jorge López y José Gómez. Entre tanto, el otro puntal C blanquiazul, Jonathan Estévez, salvó los muebles frente a Pedro Gutiérrez (tiró a Kilian Domínguez), con el que tuvo que remontar la primera en contra, tirándolo en la segunda y la tercera (9-7).
No pudo pasar en la siguiente Estévez, en su duelo ante el puntal A, Marcos Ledesma, que le dio las dos seguidas con facilidad.
Entre medias, el destacado Blocal, Joshua Marrero “El Peto” le dio las dos seguidas al C, Eusebio Jorge, para después caer (lucha a lucha) ante Óliver Gil (11-9).
En el último emparejamiento de la noche, Marcos Ledesma aprovechó para contrear bien en la primera a Gil, por toque para atrás. En la segunda, el vallero supo esperar su momento para darle la segunda al puntal teguestero, que arriesgó en ataque.