La de Wen González Moreau no es una historia común, aunque, paradójicamente, tanto él como los suyos pretenden lo contrario: que sea uno más. Este joven de 18 años, residente en el barrio chicharrero de Llano Alegre (Ofra-Costa Sur), con un 55% de discapacidad intelectual, ha encontrado su camino hacia la integración a través del deporte, en concreto el atletismo, como integrante del club Dispacint. A finales de este mes tiene una cita en Santander donde se disputa el campeonato nacional de la Federación Española de Discapacidad (FEDI). Su objetivo, clasificarse para el Europeo de junio en Londres. Parece posible porque su marca en 1.500 metros es bastantes segundos inferior al actual récord del continente. Y eso que corre "en serio" apenas desde el pasado noviembre y no entrena en instalaciones preparadas de forma específica para su deporte.

El segundo apellido, Moreau, de este rubio con rizos "a lo Bisbal" y ojos azules, le viene por la ascendencia francesa de su madre y auténtica valedora, con la que vive junto a sus hermanos Janeka, de 17 años, y Magec, de 20. "Hasta los 7 residí en El Cardonal y luego me mudé a Llano Alegre". Actualmente cursa estudios de tercero y cuarto en el Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) de Miramar.

"Me gusta correr desde pequeñito pero yo llegué a Dispacint para jugar al fútbol sala a través de Víctor, el capitán del equipo", apunta Wen. El presidente del club, José Luis Concepción, lo corrobora: "Forma parte desde el principio, noviembre de 2014, aunque estamos inscritos el 20 de enero de este año. No jugaba casi nada (ríen) pero ya es bastante bueno. La sorpresa fue verlo correr porque tiene unas facultades extraordinarias que están todavía por pulir".

Y es que su marca homologada en 1.500 metros lisos es bastante inferior a la del actual campeón de Europa en su modalidad. Pese a no entrenar en una pista de atletismo olímpica, ya que lo hace en Las Torres de Taco "como se puede", dice José Luis.

Wen está algo nervioso estos días porque del 28 al 31 de mayo afrontará su gran prueba, el nacional de FEDI. Competirá en 100, 200 y 1.500. Esta última es su prueba porque, dice, "soy más fondista que sprinter". Si queda entre los tres primeros, en junio estará en el europeo de Londres. Un sueño.

Mientras Wen asegura que en Dispacint ha encontrado a su segunda familia, Concepción responde: "Es un gran niño al que tenemos mucho afecto, el mismo que él transmite. Su familia no es boyante en lo económico y ha encontrado la vía de la integración a través del deporte. Pero esto no es solo deporte". Claro que no. Se trata de "integrar" en todos los aspectos de la vida a chicos de entre 18 y 45 años que "no sabían ni coger la guagua o el tranvía a los que hemos enseñado a hacerlo. Que se hagan independientes, en el caso de Wen a través del deporte".

"Sus padres valoran, añade Concepción, algo que puede parecer tan simple y no lo es como poder y saber moverse solos. O ensañarles a leer y escribir. Que salgan a la superficie en un mundo, la discapacidad intelectual en el que en esta ciudad, Santa Cruz, queda todavía mucho por hacer. Ni siquiera hay un censo a nivel municipal o insular de estas personas. El objetivo de las 30 que formamos Dispacint es su integración y les llamamos a hacerlo con nosotros, sin miedos. Nos queda ahora tener un local para las actividades". Sin prisa pero sin pausa. Para correr ya está Wen.

Wen González Moreau

miembro del club sociodeportivo Dispacint