La Prestación Canaria de Inserción (PCI) está ayudando fundamentalmente a familias monoparentales en las que la madre está desempleada o con un trabajo muy precario y carece de estudios o solo cuenta con los primarios. Así se desprende del exhaustivo análisis que ha realizado la Audiencia de Cuentas de Canarias de esta ayuda que concede el Gobierno regional y que en los últimos años ha agotado su presupuesto antes de mitad de año.

Según el estudio de la Audiencia, el perfil más generalizado de los perceptores se corresponde con el del mujer (el 68,3%) lo son, mientras que el porcentaje de perceptores sin hogar o en exclusión social severa es del 15,8%.

Las mujeres que encabezan familias monoparentales suponen el 37,8% del total, del que solo el 1,8% están encabezados por hombres.

Por grupos de edad, el mayor porcentaje está comprendido entre los 35 y los 44 años (el 29,1%). Le sigue el grupo de entre 45 y 54 años (con el 23,9%) y el de entre 25 y 34 años (21,3%).

Para los grupos de edad situados en los extremos, los mayores de 55 años son el 19,3% y los menores de 25 años el 6,3%.

El 56,5% o ni tiene estudios o posee estudios primarios.

Aunque no sea mayoritario, llama la atención que exista un 3,1% de perceptores con nivel universitario o de Formación Profesional de grade superior.

Además, la Audiencia de Cuentas extrae algunas conclusiones, como que el número de perceptores que en el año anterior a la solicitud no percibieron ingreso alguno ascendía al 39,2%.

Respecto a la cualificación o experiencia profesional, destaca que el 41,8% no tiene cualificación, el 30,4% ha trabajado en el sector servicios (fundamentalmente en restauración, limpieza y mantenimiento), el 10,1 en el sector agrícola y el 8,9% en trabajos relacionados con la construcción.

Además, se observan enfermedades asociadas a la edad en los casos de perceptores más jóvenes, enfermedades mentales, derivadas de adicciones o discapacidades, si bien, en el 63,3% de los casos, los perceptores no manifiestan limitaciones en este sentido.

La PCI se configuró par aun perfil de perceptor en riesgo de exclusión social con una problemática compleja que abarca, además de la carencia de recursos económicos, disfunciones en el ámbito de la salud, vivienda, formación, cualificación profesional, ausencia de red familiar o social que amortigüe su situación.

No obstante, en este informe se deja patente que "en la actualidad, como consecuencia de la crisis económica, ha emergido un nuevo perfil de beneficiario que se encuentra en situación de desempleo de larga duración, pero en un entorno personal y social normalizado, e incluso con una formación de nivel medio o superior y una cualificación profesional definida".

De ahí que este órgano dependiente del Parlamento de Canarias considere que "para estos últimos beneficiarios se considera conveniente establecer mecanismos para que las actividades de integración se desarrollen en el ámbito de la inserción laboral por equipos especializados en el Servicio Canario de Empleo, de modo que las acciones el área social se concentren en aquellos usuarios con problemas de inserción".