La campaña electoral enfila sus últimos días. De momento, una de sus características es que se ha desarrollado sin grandes sobresaltos y con los candidatos centrados en poner sobre la mesa sus propuestas y tratando de convencer a los potenciales electores de las bondades de sus diferentes programas. Aunque parezca una anécdota, el hecho de que se haya dejado a un lado la crispación de otras ocasiones es un buen síntoma. Canarias se enfrenta los próximos años a retos que precisan de la unidad de todas las fuerzas políticas. Sea porque son conscientes de ello o, simplemente, porque la mayoría debuta en estas lides, lo cierto es que conviene destacar su comportamiento. Datos como los publicados ayer en EL DÍA, referentes al número de jóvenes de 15 a 29 años que ni estudian ni trabajan, también llamados "ninis", denotan que la actual sociedad canaria precisa de un análisis serio y de la adopción de medidas que han de partir del consenso político, ya que han de abarcar más de una legislatura. Alguno de los aspirantes a presidir el Gobierno de Canarias a partir del próximo 24 de mayo así lo ha reconocido y plantea su programa con la vista puesta en los próximos 20 años. Además, ha abogado por el diálogo y el consenso, pues solo de esta forma será posible afrontar con éxito un reto de esta envergadura. Canarias necesita un cambio. Su modelo económico y social precisa algo más que ajustes para darle solución a la alta tasa de desempleo, la situación de la juventud, la precaria realidad de la sanidad y los servicios sociales... El futuro va a ser depositado en sus manos, no lo desaprovechen.

Y si la unidad y el diálogo son importantes para abordar los nuevos retos a los que se debe enfrentar el Archipiélago, qué decir de cara a sus relaciones con el exterior, especialmente con el Gobierno central. Si las demandas planteadas al Ejecutivo de Rajoy en estos últimos años, o al de Zapatero en la anterior legislatura, se hubieran efectuado bajo estas premisas, ahora mismo las Islas no estarían lamentándose de que exista una deuda histórica en materia de sanidad que supera los 2.400 millones de euros o que cada año se dejan de recibir un montón de millones de euros por culpa de un sistema de financiación autonómica perjudicial para Canarias. La unión hace la fuerza y eso es precisamente de lo que se ha carecido a la hora de negociar y presionar en los centros de poder del Estado para recibir un trato justo.

También urge actuar como uno solo para poner coto al vandalismo. Hace unos días este periódico daba cuenta de que en Santa Cruz se habían instalado casi un centenar de aparatos biosaludables, repartidos por distintos puntos de la ciudad, para que personas de todas las edades hagan ejercicio. Pues bien, ya hay unos cuantos que están mutilados. Como no es cuestión de poner un agente de la Policía Local al lado de cada uno de ellos para que sean respetados, han de ser los propios vecinos quienes impidan este tipo de acciones. Por el bien de Santa Cruz y porque sustituirlos tiene un coste que sale del bolsillo de todos los chicharreros. No se puede dejar actuar a sus anchas a los gamberros.