Una preocupación y cinco opiniones expertas. La incertidumbre de saber si el Tenerife será capaz de evitar el descenso a Segunda B, con solo cuatro jornadas para el final de la Liga y un colchón de tres puntos, y la visión de cinco exblanquiazules que hicieron historia en el club: Alberto Molina, David Amaral, Toño Hernández, Quique Medina y Pier Cherubino. Todos comparten sus inquietudes y también la esperanza de vivir un desenlace favorable a la entidad.

Molina es el menos optimista. "Habrá que visitar a la Virgen de Candelaria para que nos ayude, porque lo veo muy negro", confiesa alguien que ha vestido el uniforme del Tenerife más veces que ningún otro jugador. Su análisis va más allá del resultado de una racha de partidos sin ganar que ya llega a ocho. "Es que no tiramos a puerta desde fuera del área. Queremos marcar los goles como lo hacen Messi e Iniesta, de cerca y con jugaditas. Tenemos que pensar en la victoria y no en el juego. Luego, si viene lo otro, mejor. Pero, primero, dame los puntos. Estoy muy desconcertado y desanimado".

Por su lado, Amaral está convencido de que el origen de la decepcionante campaña del Tenerife está en la mala planificación realizada por el club. "Existía un proyecto ilusionante y se llevó a cabo un cambio radical", recuerda refiriéndose a una plantilla "mal confeccionada y sin equilibrio en muchos puestos". Pero igualmente sostiene que ahora solo importa dejar a cuatro clubes por detrás en la clasificación. ¿Será posible? "Lo bueno es que el Tenerife depende de sí mismo, pero tiene que sumar porque los de abajo no seguirán fallando tanto como hasta ahora y sería peligroso estar en manos de otros equipos con tan pocas jornadas por delante. En ese sentido, las visitas a Sabadell y Gijón serán fundamentales".

Si bien remarca que "los chicos están haciendo un gran esfuerzo", ha percibido que en el grupo "ha entrado la desconfianza y eso hace que los futbolistas no estén finos y jueguen a base de impulsos".

Entretanto, Toño tiene claro que al Tenerife le conviene disputar las cuatro últimas fechas como si se tratara de una minitemporada. "Habría que olvidar lo que ha pasado y dejarlo ahí, porque nuestra Liga empieza en Sabadell. Son 12 puntos que nos pueden dar la permanencia. Habrá que tener tranquilidad y no jugar con una actitud demasiado agresiva, como pasó en el partido con el Alcorcón, porque eso nos puede costar tarjetas, expulsiones o alguna que otra falta peligrosa, y nos puede llevar al vacío", advierte Hernández, quien no le pide "nada más a la afición", pero sí a los jugadores. "Tienen que dar la talla y pensar que no hay nada perdido y que son capaces de sacar la situación adelante con tranquilidad y cabeza, pero también con corazón".

Todo, con tal de conseguir que el club siga en la Liga Adelante. "Dentro de 20 días, o nos estamos arrepintiendo o estamos celebrando una permanencia que significará muchísimo para la Isla, para el periodismo, para los jugadores y para todos", añade.

Turno para Quique Medina. El que fuera defensa, técnico y director deportivo del club no oculta que el equipo está en "una dinámica horrorosa", pero igualmente ve a los de Agné ganando en la Nova Creu Alta. "Es viable derrotar al Sabadell y salvar la categoría. Pero habrá que comprobar qué versión ofrece el Tenerife" en las tres salidas que le restan. "El encuentro con el Alcorcón fue clave y no lo sacamos adelante, pero los resultados de los rivales directos nos dieron otra oportunidad para no depender de los demás", apunta.

Mientras, Pier admite que sí está preocupado, "porque hay que estarlo", pero asevera que no se siente "hundido" porque confía en Agné y en los futbolistas. "Por ahora, la cara que ha dado el equipo como visitante no ha sido buena, pero si ofrece la que ha mostrado en el Heliodoro, será otra cosa. La de Sabadell será la primera gran final del equipo. Y habrá que ganarla sí o sí. Raúl Agné sabrá ponerle las pilas a los jugadores y apostará por los que estén comprometidos".