España, donde el 10% de la población acumula el 43% de la riqueza total, está entre los países con mayor desigualdad salarial de la OCDE, un problema que se ha incrementado durante la crisis económica, aunque apunta a una reciente mejoría.

Es la principal conclusión del informe "Juntos en ello. Por qué una menor desigualdad nos beneficia a todos", que sitúa a España en términos de diferencia salarial el puesto número 11 por la cola de los 34 estados representados de la Cooperación y el Desarrollo Económico.

"La desigualdad de ingresos netos disminuyó desde mediados de los años 80, pero aumentó fuertemente entre 2007 y 2011, aunque ha experimentado un retroceso desde 2012", resume el informe la OCDE.

Esa organización destaca que los salarios de los más pobres en España cayeron un 13% al año entre 2007 y 2011, mientras que los ingresos del 10% más rico de la población solo se moderaron un 1,4% anualmente en el mismo periodo.

Esto provoca que, por ejemplo, las capas más bajas de la sociedad en España tengan menos ingresos que sus equivalentes en la República Eslovaca, mientras que los ingresos medios son "bastante más altos en España", señaló la OCDE.

A pesar de que la pobreza disminuyó en 2012 respecto a los anteriores años alcistas, si se consideran "los ingresos anteriores a la crisis, ha aumentado de forma considerable y España se sitúa aún muy por encima de la OCDE".

"Las reformas fiscales introducidas entre 2007 y 2012 han reducido las prestaciones sociales de manera considerable y han incrementado los impuestos. Los resultados de la simulación muestran que la consecuencia ha sido una reducción de los ingresos netos para los hogares cuyas personas trabajan y para los no trabajadores", apunta la OCDE.

El desempleo, la precariedad laboral y el paro juvenil son los problemas que la OCDE recomienda corregir para mejorar la calidad del mercado de trabajo en España.