Las tablas del teatro Guimerá van a convertirse hoy, viernes, y mañana, sábado, desde las 20:30 horas, en la calle Viriato del castizo barrio madrileño de Chamberí, un escenario donde florecerán los sonidos de la zarzuela "La del manojo de rosas", con música del maestro Zorozábal, libreto de Anselmo Carreño y Francisco Ramos de Castro, más un elenco de jóvenes intérpretes entre los que destaca una nutrida representación local.

Este sainete lírico en dos actos forma parte del programa del Festival de Zarzuela de Canarias, un género que lejos de considerar "chico" o "antiguo" reivindican las voces protagonistas: la soprano Tairuma Méndez (Icod de Los Vinos, 1987), en el papel de Ascensión, y el barítono Álvaro Lozano (Madrid, 1978), en el rol de Joaquín.

La soprano precisa que la zarzuela, si bien es diferente y encierra particularidades, "no tiene nada que envidiar a la ópera; simplemente es distinta", y con un gesto hasta castizo "aventa" la idea de que se trate de un tipo de representación "antigua o aburrrida".

La tinerfeña subraya que ella empezó su carrera en el canto interpretando estos aires y, posteriormente, se inició en el mundo de la ópera, destacando la importancia de estos montajes "por lo que suponen en cuanto a procurarles oportunidades a jóvenes intérpretes".

Y así da pie y tono a la entrada de Álvaro Lozano, un barítono madrileño que ha registrado su voz en la ópera, donde acumula la experiencia de haber debutado con más de cuarenta títulos. Entre fraseos confiesa que "nunca hasta ahora me había acercado a la zarzuela, no porque la considere anticuada, sino por el respeto que me merece".

El hecho es que con su tesitura de barítono, los roles del repertorio del género para esta cuerda "resultan extremadamente difíciles; para mi gusto es la música más compleja de interpretar", explica Álvaro Lozano, en buena medida por una tesitura que "obliga" con los agudos. Ahora, dice, se acerca a ella, compás a compás, cantando, recitando, impostando...

Otro tanto, y quien responde es Tairuma Méndez, le sucede a las sopranos con la escala de graves: "resulta complicado y un reto", al tiempo que girando y alzando la vista asegura que se siente cautivada por "la interpretación gestual, esa sobreactuación tan peculiar de la zarzuela".

Esta pareja de intérpretes, eco del resto del elenco, convoca al público a "pasar un rato agradable y divertido" y también a "disfrutar" en el teatro Guimerá de una zarzuela en la que hay de todo; un dúo inicial con un coqueteo amoroso; cómo se inmiscuye otra persona en la relación; lucha, pelea callejera, un duelo; la decepción y la reconciliación; la pareja de personajes cómicos...

El desenlace de la representación del triángulo amoroso es del gusto del público, explican. Ella, ya en el papel de Ascensión, una madrileña castiza, con genio y carácter; y él, como Joaquín, un "echao pa''lante" que en el fondo es un enamoradizo que bebe los vientos por su amor.

¡Ah! Y se habla inglés, aunque muy bajito.

Álvaro Lozano

BARÍTONO EN EL PApel de joaquín

Tairuma Méndez

soprano en el papel de ascensión