La búsqueda por materiales reciclados y naturales en los últimos años, empujó los diseñadores a la creación de piezas más sostenibles y con mayor respeto por el medio ambiente y el entorno. Con ello, también los materiales con los que fabricar esas piezas están pasando por una gran transformación. La utilización de materiales naturales e inusitados que, de otra manera, serian descartados, es cada vez más común en la industria textil.

Promocionado sobre todo como una alternativa a la utilización de la piel animal, uno de los más sorprendentes se llama Piñatex, producido a partir de las hojas de piña. Las fibras flexibles y finas se extraen de la hoja a través de un proceso llamado decorticación, que se realiza en la plantación de la comunidad agrícola. Las fibras luego se someten a un proceso industrial para convertirse en un textil "no tejido", es decir, creado sin la utilización de la técnica de entretejer hilos de urdimbre y trama, que es la base del Piñatex.

Pasado ese proceso, las fibras son sorprendentemente suaves al tacto y transpirables. Según sus fabricantes, tiene un rendimiento excepcional ya que es ligero, flexible y fácilmente teñido, lo que le hace una alternativa perfecta al cuero y a los tejidos para su utilización en la moda, los accesorios y en la decoración, dependiendo de su espesor.

Mientras que el trabajo de desarrollo inicial se originó en las Filipinas, ahora se están llevando a cabo investigaciones significativas entre el Reino Unido y España, sobre todo para mejorar la tecnología de acabado del producto.

El producto final tiene el toque del fieltro y es adecuado a un amplia gama de acabados: encerado, se parece al cuero; con aplicación de relieve, se parece a la piel de serpiente y con acabado metálico, adquiere un toque de glamour.

Ese revestimiento para el acabado final, que es resistente al agua, todavía contiene una pequeña cantidad de productos petroquímicos.

Carmen Hijosa, el nombre detrás de la empresa Ananas Anam, que creó y tiene la patente del proceso y del producto final Piñatex, sigue trabajando para desarrollar un recubrimiento que también sea biodegradable.

Aunque ese "cuero vegetal" no sea todavía 100% perfecto, es extremadamente sostenible ya que, como es un subproducto de la cosecha de la piña, no requiere agua, fertilizantes o pesticidas adicionales para su producción. El subproducto del proceso de decorticación es la llamada bio-masa, que se puede convertir, además, en abono orgánico o bio-gas. Esto puede traer ingresos adicionales a las comunidades agrícolas de piña y representa la utilización rentable y sostenible de algo que antes se tiraba a la basura. Simplemente genial.

La diseñadora brasileña Silvia Blumberg presentó en Milán sus joyas con materiales descartados, es decir: polvo de madera proveniente de la industria de muebles y plata de las chapas de rayos X. En Milán la diseñadora presentó parte de la colección "Cantero de joyas", en la imagen.

El plátano, fruta tan familiar a nuestra isla, es utilizado para la fabricación de un tejido que ya está en el mercado, comercializado por una compañía textil de Reino Unido, especializada en tejidos eco.

Otra diseñadora brasileña, Angela Carvalho, presentó una luminaria llamada Erizo, creada a partir de "cabazas" - una especie de calabaza del gênero Lagenaria - un fruto muy característico y estéticamente muy interesante, encontrado en varios países, que, seco, es todavía utilizado por las poblaciones rurales como cuencos o recipientes para agua.

Materiales naturales y sorprendentes