La Formación Profesional Básica, la vía abierta por la Lomce para evitar el abandono temprano de los alumnos que no consiguen titular en la ESO, aconseja la introducción de la figura del "tutor afectivo" que reconduzca las "situaciones problemáticas".

Así opina el Consejo Escolar de Canarias (CEC), que en su informe sobre el decreto que regula los currículos de varios ciclos de la nueva modalidad de enseñanzas profesionales describe los requisitos que debe reunir la persona que se ocupe de ejercer estas tutorías. No tiene que formar parte necesariamente del equipo educativo que se ocupa del estudiante, pero sí ha de tener una formación mínima y, sobre todo, "unas cualidades personales especiales para conseguir que las relaciones se basen en la confianza mutua" entre el docente y el alumno.

El CEC recomienda también incorporar a la FP Básica actividades que sirvan de motivación para los jóvenes y que no guarden una relación directa con los contenidos, de forma que las clases sean "más atractivas", en especial para los estudiantes que presenten más necesidades especiales.

"El problema de partida es que estos alumnos están ahí precisamente porque tienen necesidades educativas diversas según su situación, y difícilmente podrán llegar a lo básico de la cantidad de detalles enunciados, no solo por ellos mismos, sino también porque los centros no disponen de los recursos numerosos que serían necesarios para las prácticas", argumenta el Consejo Escolar en su informe.

Por esta razón, el órgano de participación de la comunidad escolar en las políticas educativas advierte de la necesidad de realizar "adaptaciones curriculares y concreciones en cada centro y de acuerdo con sus circunstancias", entre las que figuran las mencionadas actividades de carácter "motivador".

La visión del Consejo Escolar sobre la nueva FP es bastante positiva, pues, a su juicio, "puede ser muy útil para conseguir, a través del ámbito profesional y del mundo del trabajo, la inserción en la sociedad de un colectivo de jóvenes que deben ser asistidos por el sistema educativo".

Su utilidad va más allá, según el órgano presidido por María Dolores Berriel. Así, la Formación Profesional Básica puede contribuir a prevenir problemas sociales y de salud del colectivo de jóvenes al que va dirigida.

Según el CEC, la implantación de estas enseñanzas tiene que desarrollarse "sin rigidez de la norma y con la flexibilidad necesaria para atender de la forma más individual posible a las personas a las que se dirige".