Acabo de leer -releer sería más exacto- la novelita que Gabriel García Márquez, su autor, tituló "El coronel no tiene quien le escriba". Dicho con estas palabras parece como si la voz novelita se refiriera, más que a un diminutivo, a un despectivo. Pero no es así; simplemente quise referirme a su extensión. Corta me pareció por su amenidad y corta me parece por su número de páginas. Pero también afirmo que la tengo por interesantísima y bien escrita, como todas las obras del notabilísimo escritor colombiano. Por eso la leí en un periquete.

Leyéndola detenidamente noto giros y palabras que nosotros no empleamos o los expresamos de distinta manera. En una de las páginas leo lo siguiente: "...desde cuando terminó la última guerra". Yo hubiera escrito "desde que", pero me doy cuenta en este momento de que el novelista acierta plenamente, mientras yo me quedo casi en ridículo porque él emplea un adverbio de tiempo -cuando- que parece correcto. Sin embargo a mí me sorprendió, por lo menos a primera vista.

En otro lugar se lee: "Hasta cuando se encontró agotado" y "hasta cuando nos dimos cuenta". Nosotros, yo al menos, diríamos "hasta que", en lugar de "hasta cuando". Pero... sigo leyendo: "No habló hasta que no terminó de almorzar", con ese adverbio de negación en la oración subordinada. Creo, de todos modos, que de este asunto he escrito ya más de una vez, aunque repito que yo no colocaría el tal adverbio negativo. Me llamó también la atención que el gran escritor colombiano dijera en su novela: "¿A cómo estamos hoy? en lugar de ¿qué día es hoy? Cuando leí "destinado a recolectar fondos" creí que el autor había pretendido decir "recaudar" porque eso de recolectar me hacía pensar en cosechas, en frutos; pero me meto directamente en el DRAE y la Academia -como no podía ser menos- ha dicho amén a la expresión del señor García Márquez. Y es que mis lagunas, lejos de aminorar su número con el paso del tiempo, parece que aumentan cada día.

Pero de pronto me dije: "Aquí sí que se equivocó el novelista". ¿Qué significa eso de "ahora no me friegues la paciencia"? ¿Es que la paciencia puede fregarse? Como me hice la pregunta en voz alta, mi inevitable amigo Pepe me hizo la también inevitable recomendación: "¿Quieres decirme para qué tienes en tu casa tantos diccionarios?

Vuelvo al amigo DRAE, busco el verbo fregar y me doy cuenta de que se ofrecen allí nada menos que trece acepciones de tal vocablo, con giros utilizados en Costa Rica, Guatemala, Honduras, Ecuador, Méjico, Nicaragua... En la segunda acepción se lee: "Dicho de una persona significa majadera, enfadosa, importuna". Así que tampoco aquí ha cometido el más leve pecado gramatical el bueno de don Gabriel García Márquez.

"El coronel no tiene quien le escriba" me ha parecido una novela llena de atractivo. Y lo digo ahora de nuevo para que el lector me disculpe todas las dudas que aquí he ido dejando expuestas, renglón tras renglón. Y gano, además, otra enseñanza: cuando uno lea una obra (novela, ensayo, poesía...) salida de la mano de un escritor americano de habla hispana, tendrá necesidad de consultar varias veces los diccionarios porque frecuentemente se encontrará en ellos palabras venidas de Chile, Ecuador, Costa Rica, Argentina, Honduras... Será, además, un saludable ejercicio para no dormirnos en nuestras propias glorias. Más allá de nuestras fronteras siguen naciendo y trabajando nuevos escritores con nuevas palabras muy diferentes a las que en nuestra España se estilan. Se trata, pues, de un ejercicio saludable este de irnos a la América Hispana para engrosar y enriquecer nuestro idioma.