Miles de canarios están llamados hoy a las urnas para elegir a sus representantes en ayuntamientos, cabildos y Parlamento. Una cita que emana del propio sistema político instaurado en las Islas, al igual que en el resto del Estado español, que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. Hacer uso o no de este derecho está en la mano de cada uno. Del mismo modo que optar por uno u otro candidato, o simplemente votar en blanco. Dicho esto, conviene detenerse un poco y pensar en lo que se juega mañana este Archipiélago, cada una de sus siete islas y sus 88 municipios. No se trata solo de depositar la papeleta en su correspondiente urna, sino de poner la luz larga para dibujar el futuro de Canarias. Hoy es un día grande para la democracia, pero sobre todo es un día para pensar en las Islas; en lo que se pretende que lleguen a ser; dónde se quiere que estén en el futuro; en el bienestar de sus ciudadanos, su educación, su sanidad, sus servicios sociales; su modelo económico y las pautas para distribuir sus riquezas; los derechos de los trabajadores y sus obligaciones; sus fuentes de energía... Aunque pueda sonar a tópico, Canarias se la juega hoy. Y por ello es importante estar a la altura y dedicar unos minutos, o unas horas si hace falta, a pensar en las Islas. Hoy es el día.

Y si los canarios deben tomar conciencia de su responsabilidad en una jornada como la de hoy, mucho más aquellos que concurren en las distintas listas para ser sus representantes en ayuntamientos, cabildos y Parlamento. Los candidatos que salgan elegidos han de tener claro que se presentan para servir a los demás, no para servirse de los demás. Que la política no es un fin, sino un medio para lograr un objetivo, que no es otro que lograr el mayor bienestar de sus conciudadanos. Si no se presentan a las elecciones con esta premisa bien asumida, lo mejor es que den un paso a un lado y cedan la oportunidad al siguiente de la lista. Podría parecer una exageración traer a colación este tipo de cuestiones, pero los casos de corrupción descubiertos en los últimos años demuestran que todavía hay políticos -los menos- que se han confundido de actividad.

El viernes fue un gran día para esta casa, y no solo para la propiedad de Editorial Leoncio Rodríguez y sus trabajadores, sino para todos aquellos que de una manera u otra están ligados a ella, bien como lectores o anunciantes, o bien como proveedores o clientes. La Medalla de Oro de Canarias concedida por el Gobierno reconoce la labor desarrollada durante 105 años por muchas personas y, en especial, el fundador de La Prensa, Leoncio Rodríguez, su sobrino José Rodríguez y la actual editora y directora, Mercedes Rodríguez. Ser objeto de esta distinción, por ser "un referente fundamental" de los medios de comunicación del Archipiélago, es un orgullo y, a su vez, un acicate para continuar por la misma senda que la ha hecho posible. Seguro que ilusión y empeño no van a faltar para poder corresponder a una responsabilidad de este calibre.