Con otra cara. Así están los jugadores del CD Tenerife en Gijón, justo antes de medirse con uno de los candidatos al ascenso. En El Molinón acabó la temporada pasada para los blanquiazules, en el único partido en el que se dejaron ir. La contundente derrota (3-0) y la actitud visitante demostró quiénes se jugaba algo en el envite y quiénes tenían ya los billetes preparados para irse de vacaciones. No será el caso de esta tarde porque a ambos les queda trabajo por delante. Puede que más a los de Abelardo, que persiguen al Girona para retornar a Primera por la vía directa. Pero que tendrían que jugar el "play-off" si no hay tropiezo catalán. Pero también la escuadra insular.

Falta un punto. Un mísero punto. Si de repente los rivales directos reaccionan, puede que dos. Pero hasta podría valer con los 44 actuales. Como quiera que Agné y los suyos no están por la labor de jugar a la ruleta rusa, saldrán a pescar hoy en territorio rojiblanco. Sin la enorme presión del miércoles, eso sí. Algo que puede ser leído de dos maneras: bajará la intensidad y, por tanto, la competitividad; o se soltarán los nervios y estará en disposición de dar un susto en un campo históricamente propicio. Porque, a excepción de la mencionada mancha del pasado curso, sumar en feudo sportinguista es algo con lo que se puede contar a principio de temporada.

Con Unai Albizua renqueante, su técnico podría optar por darle descanso y mantener a la pareja Hugo Álvarez-Carlos Ruiz. La otra novedad llegará en el centro de campo, donde Suso no está disponible por tarjetas. La apuesta lógica, si se busca un jugador de similares características, es el canterano Omar Perdomo. Cualquier otra opción pasaría por cambiar a Maxi Pérez de posición o utilizar a un futbolista diferente al de Taco. En ese caso, Juan Carlos tendría también alguna opción.

Menos dudas tiene Abelardo que, sin Álex Menéndez, utilizará a Isma López como extremo. Guerrero, en vena goleadora, estará secundado en el ataque por Pablo Pérez o Castro. Olvidado queda Ndi, goleador en el Heliodoro, al que compañeros y entrenador no quieren después de su espantada tras la Copa de África. De nuevo habrá ambientazo en El Molinón, que se acerca al lleno cada 15 días para apoyar a su joven equipo.