La sintonía que tiene en el móvil para las llamadas de su hijo la delatan: Gooool. Francisca Clavain, Paca o Paquita, es presidenta de la Unión Deportiva Chumberas desde hace 14 años, aunque lleva más de veinte vinculada al club. Tanto, que todavía recuerda, ahora con cierta gracia, las primeras reuniones a la que asistió como miembro de la directiva. "Todos eran hombres", comenta entre risas.

Le cambia el rostro, sin embargo, cuando profundiza en las razones por las que dio el salto a los despachos del fútbol. "Una mala experiencia familiar", resume.

De la que, por lo que ha pasado desde entonces, no solo no se arrepiente, sino que defiende y valora. "Promovemos la vida sana. Que no haya niños en las calles", enfatiza. Ese es parte del lema que hace fuerte a la UD Chumberas.

De sus primeros momentos en los terrenos de juego, Paca recuerda cómo marcaba el campo de tierra -con cal- con una carretilla que les cedió el Geneto. Más tarde llegaría el césped artificial.

Tampoco olvida los complicados momentos que, durante todos estos años, ha pasado el club para poder sobrevivir. "Empezamos de cero, vendiendo rifitas por las calles del barrio para poder comprar los chándal de los niños", subraya. Poco a poco la cosa fue mejorando. Hoy con las cuotas que se pagan, las subvenciones, lo que se saca de la cantina y la colaboración de los padres, el UD Chumberas completa bien sus gastos. "Que no son pocos", remarca.

Fiel a los principios por los que se fundó, primero en 1977 por Paco el Canario, Guillermina Febles y Nicolás, y más tarde en 1994, con Tinguaro y Julio como estandartes, la UD Chumberas tiene en estos momentos cinco categorías (prebenjamín, benjamín, alevín, infantil y cadete) y la escuelita. Y en todas ellas impera la misma filosofía: "Todos los niños tienen derecho a jugar". Un claro mensaje para aquellos padres "que no entienden que esto es un juego". "Es muy difícil llevar un club porque nunca llueve al gusto de todos", añade.

Por su cabeza pasa una ampliación para el año que viene. Vendría con la incorporación de un juvenil, categoría que existía pero que terminó desapareciendo.

Seguidora del Tenerife, pero también simpatizante del FC Barcelona, Paca reconoce que el trato con los niños le "da vida". Madre de dos hijos, que también pasaron por la UD Chumberas, subraya que los pequeños de su club la hacen "sentirse útil e importante". "Son tan sinceros...".

No obstante, su implicación con el barrio no acaba en el campo de fútbol. Paca también ha sido secretaria de la Iglesia del barrio y ahora es vicepresidenta de la asociación de vecinos. Todo eso cuando termina su jornada laboral en el comedor del colegio Nuryana, donde más de un niño que juega en su equipo la presenta ante los profesores como "su presidenta". Ella es la que mueve al equipo.