Las patologías del sueño como la apnea, de la que solo uno de cada cinco enfermos está diagnosticado, o el insomnio están directamente relacionados con enfermedades como el cáncer o la hipertensión, según apunta el primer Tratado de Medicina del Sueño, editado por la Sociedad Española del Sueño.

La Sociedad Española del Sueño (SES) presentó ayer este tratado, que pone de acuerdo a los más de 200 principales especialistas y divulgadores médicos que estudian el sueño para crear un compendio que analiza los hábitos del sueño de los ciudadanos, la situación actual de la medicina del sueño y las principales patologías.

La apnea del sueño, por ejemplo, es una patología que sólo se puede estudiar o diagnosticar cuando el paciente se encuentra durmiendo, algo que a priori puede resultar complicado si éste vive solo o no está sobre aviso, aunque los principales síntomas de la enfermedad pasan por un cansancio excesivo durante el día, hipertensión o somnolencia.

"La sociedad entiende el tiempo del sueño como algo ineficaz, que no da dinero y que se puede recortar, y a la larga, con esto, estamos recortando nuestra calidad y cantidad de vida", explicó ayer el presidente de la SES.

De hecho, según el doctor Terán, recortar el tiempo de sueño implica un incremento de la obesidad, "especialmente entre los niños y los adolescentes", de las enfermedades cardiovasculares y de la aparición de tumores.

Según el director del Instituto de Investigaciones del Sueño de Madrid y expresidente de la SES, uno de los principales problemas ya no es las pocas horas que dormimos, sino el camino que está cogiendo la sociedad hacia la "fragmentación del sueño" o "el sueño según la demanda".

Según García-Borreguero, cada vez dormimos "menos horas y no siempre por la noche", lo que provoca alterar el ciclo de 24 horas biológicas y alterar la dieta, lo que puede conllevar a enfermedades previamente inexistentes.

Y es que la disminución y la fragmentación del sueño ya se ha asociado de forma directa con varias patologías de manera evidente, como la hipertensión arterial, el insomnio, la diabetes, la obesidad o el incremento de riesgo cardiovascular.

Aun así, por ahora, los ensayos para encontrar una relación de causa y efecto entre los malos hábitos y la aparición de un tumor no han logrado todavía la "causalidad", pero el grupo de médicos que ha presentado el tratado sí ha admitido que la falta de sueño es una variable que favorece el desarrollo de tumores, sobre todo hormonales.

Por este motivo, uno de los capítulos del extenso tratado va directamente dirigido hacia las mujeres, que son más sensibles a las patologías del sueño durante sus períodos hormonales.