Desolación, angustia, amargura y mucha preocupación eran algunos de los sentimientos de los ciudadanos particulares, pequeñas empresas o autónomos que perdieron una cantidad importante de bienes, herramientas, proyectos y recuerdos, muchos recuerdos, en el incendio de una nave de trasteros originado en la noche del martes en el polígono de La Campana, en El Rosario. La principal inquietud de la inmensa mayoría de los afectados es que el seguro "base" ante cualquier incidencia contempla una indemnización de 500 euros, independientemente del valor de los efectos que hubiese en su interior. Ayer, técnicos del Consorcio de Bomberos detectaron que hay riesgo de derrumbe, ya que la estructura supuestamente está dañada.

Ayer se empezó a organizar un grupo de damnificados para decidir qué acciones adoptarán a partir de ahora para hacer frente a la situación.

A mediodía, bomberos del Consorcio de Tenerife todavía dedicaban esfuerzos a enfriar la nave, que quedó completamente destruida en su interior. Tales tareas acabaron a las seis de la tarde.

La investigación para determinar qué provocó el incendio serán asumidas por agentes del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife. A mediodía de ayer, un mando y dos agentes de dicho equipo aún no habían podido acceder al interior para efectuar la inspección ocular y el informe fotográfico.

Algunos afectados dijeron que el origen del fuego estuvo en un trastero situado en la parte trasera de la nave. Y los comentarios sobre posibles causas son variados, pero certezas hay pocas, por el momento. Una de las pequeñas empresas afectadas es Canarias Vertical, que se dedica a realizar trabajos en altura en el exterior de edificios. Uno de sus responsables, Adrián Díaz, explicó que en un trastero disponían de material para realizar su labor profesional por valor de unos 12.000 euros aproximadamente, en arneses y otros equipos imprescindibles para su actividad.

Como el resto de afectados, Díaz y sus compañeros anunció que acudiría a interponer denuncia por los daños generados ante el puesto de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife, en Ofra. Según trascendió ayer, el propietario es un ciudadano escocés que hoy tiene previsto llegar a la Isla.

Otra joven, vecina de Candelaria, señaló que "he perdido 17 años de mi vida", pues en uno de los trasteros guardaba "una casa completa; es decir, un colchón, el somier, una nevera, la lavadora, la secadora, un sofá, una cómoda, recuerdos...; lo esencial que decidí guardar en su momento". Aclaró que "ellos venden seguridad y nunca vas a pensar que haya un incendio".

El control sobre qué se podía guardar

En situaciones dramáticas, como la que se vivió en la madrugada y la mañana de ayer, los comentarios proliferan, con mayor o menor acierto. Supuestamente, cuando se contrataba uno de los espacios disponibles en la nave que ardió se obligaba a firmar a los inquilinos que no debían depositar en los trasteros productos inflamables o sustancias estupefacientes, por ejemplo. Sin embargo, varios clientes señalaban que desconocen si alguno de los usuarios pudo actuar de forma negligente en esta materia. En la entrada de las instalaciones existe una cámara de seguridad y este dispositivo debe arrojar luz sobre quién pudo entrar en las horas o minutos previos a que se registrara el incendio, en caso de que este fuera intencionado. En la jornada de ayer, dos trabajadoras de la empresa de Trasteros se hallaban en el exterior de la nave y hablaron con los diferentes clientes afectados por los importantes daños. Pero rechazaron efectuar cualquier tipo de declaración sobre el suceso. Varios de los damnificados destacaron la amabilidad de ambas mujeres en su actividad laboral diaria y aclararon que la responsabilidad de lo ocurrido no se les puede achacar. El trabajador de una empresa de sistemas de seguridad aclaró que hace dos años que tiene vinculación con Trasteros de Tenerife y que, en el caso de la sociedad para la que trabaja, la cobertura del seguro es mayor a la básica, aunque declinó hacer una valoración económica sobre los destrozos sufridos. Otra joven, acompañada por su madre y su hermana, estaba destrozada al saber que había perdido no solo los muebles de su casa, sino también ropa, zapatos o bolsos.

Equipos de las mejores marcas de seguridad

Uno de los responsables de Canarias Vertical, Adrián Díaz, señaló que las pérdidas para dicha sociedad pueden ascender a 12.000 euros, ya que, por las características de su labor profesional, requerían equipos de seguridad con garantías. Para Adrían Díaz, a mediodía de ayer, la mayoría de los damnificados aún no sabía qué había ocurrido en el Polígono Industrial de La Campana. A esa hora, frente a la nave de Trasteros únicamente había una docena de afectados. Un compañero suyo se dedicó a pedir nombres y teléfonos para crear un grupo que afronte el problema unido.

"Enseres personales y herramientas del taxi"

Un taxista de La Laguna, Mauro, explicó que en el trastero tenía enseres personales y diversas herramientas y productos para su vehículo de servicio público. Calcula que, en el interior del habitáculo que alquiló tenía efectos por valor de entre 4.000 y 5.000 euros. A mediodía de ayer, se hallaba desolado junto a su pareja. Aclaró que decidió alquilar un cubículo en la nave por falta de suficiente espacio en su vivienda. Mauro disponía de un espacio pequeño, de unos dos metros cuadrados, por el que abonaba unos 40 euros al mes. Otra mujer explicó que en uno o varios espacios de la nave también se guardaba mercancía de puestos del rastro. Otra mujer aclaró que se cambió de piso y guardó en el trastero todas sus pertenencias, excepto las joyas, antes de irse de viaje. Ayer, la nave seguía precintada y continuará así hasta que los agentes del Laboratorio de Criminalística del Instituto Armado terminen su labor de análisis de la nave.