La crisis ha supuesto una considerable pérdida de poder adquisitivo de los salarios y del conjunto de renta que perciben los jóvenes canarios. Así, el sueldo medio se ha depreciado un 22%, pasando de 1.022 euros al año en 2007 a 800 en 2013. Este dato contrasta con el de la población de entre 30 y 64 años, para los que el descenso ha sido del 3%, pasando de 1.135 euros a 1.100. Además, edad y temporalidad se vinculan, ya que los jóvenes de entre 16 a 24 años es el grupo que más la experimenta, en torno al 60%, mientras que para el resto de la población es del 25%.

Además, se han creado contratos específicos para los jóvenes que no favorecen la continuidad y estabilidad laboral y que suelen conllevar salarios reducidos, como es el caso de los contratos de formación, aprendizaje y prácticas, muchos de ellos vinculados a becas.