El vuelco a la estructura de la Universidad de La Laguna que ha supuesto el proceso de fusión de centros y departamentos iniciado por el anterior rector no terminará de completarse hasta el próximo curso. Aunque la intención del equipo dirigido por Eduardo Doménech era que las nuevas facultades y escuelas eligieran a sus decanos y directores antes del verano, este trámite tendrá que esperar unos meses en tres de los centros.

Se trata de dos facultades -la de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación y la de Economía, Empresa y Turismo- y de una escuela -la Superior de Ingeniería y Tecnología-, que tendrán que modificar sus propuestas de nuevos reglamentos después de los reparos que les ha puesto el gobierno universitario.

Estos centros deberán subsanar las deficiencias que se han encontrado y remitir otra vez los reglamentos para su aprobación por el Consejo de Gobierno de la ULL. El escaso tiempo que resta hasta la finalización del curso hace muy improbable que dispongan de suficiente plazo como para acometer la elección de decanos y directores, el trámite que sigue a la redacción de los reglamentos, según apuntan desde la Secretaría General de la Universidad.

Los otros cuatro centros que se han embarcado en este proceso -las facultades de Ciencias, Ciencias de la Salud y Humanidades y la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería- van más adelantadas en este aspecto. Aunque no todas se encuentran en el mismo momento, lo previsible es que hayan completado la tarea -aprobación de los reglamentos de régimen interior y elección de decanos y director- antes de que lleguen las vacaciones de verano.

En cuanto a los otros dos centros de que consta la nueva estructura de la ULL -las facultades de Derecho y Educación-, no han tenido que pasar por estos trámites, dado que, a causa de sus grandes dimensiones y elevado número de alumnos, no se han fusionado con otros.

El proceso de fusión que lleva a cabo la Universidad de La Laguna ha supuesto pasar de 23 centros a nueve -siete facultades y dos escuelas, además de una escuela de Doctorado y Estudios de Posgrado, que entra en vigor precisamente hoy- y de 64 a 40 departamentos.

Esta reestructuración ha obligado a la institución a acometer pequeñas obras para acondicionar los espacios que acogerán las secretarías de los centros, así como a asignar nuevos destinos a parte del personal de administración y servicios (PAS).

El propósito que albergaba el equipo liderado por Doménech con este proceso era doble: eliminar las duplicidades e ineficiencias de una estructura que se consideraba hipertrofiada -la ULL es una de las la universidades de su tamaño y volumen de alumnos con más centros y departamentos- y propiciar un ahorro económico en sueldos de cargos académicos, cifrado ahora en 325.000 euros.