El papel fundamental desempeñado por la mujer en la sociedad guanche alumbra el contenido de la exposición "La mujer guanche. La fuerza de lo invisible", que se desarrolla hasta el 5 de octubre en el Museo de la Naturaleza y el Hombre de Santa Cruz de Tenerife. Este espacio acogerá mañana y el jueves, 4 de junio, cuatro conferencias en torno a las II Jornadas de Divulgación Científica Arthur Aufderheide, que se celebrarán de 19:00 a 21:00 horas. La entrada es libre, igual que a la muestra.

La primera de las charlas versará sobre "La construcción cultural de la mujer. Presencia y protagonismo de las mujeres a lo largo de la historia", a cargo de la profesora titular de Historia Moderna de la Universidad de La Laguna, María Eugenia Monzón. Poco después intervendrá el asesor emérito de Arqueología de Museos de Tenerife, Rafael González Antón, quien hablará sobre "La mujer guanche. La fuerza de lo invisible".

Para el jueves, están previstas las conferencias "Implicaciones bioantropológicas en el análisis de la mujer en la protohistoria. El caso de la población guanche", a cargo del director del Instituto Canario de Bioantropología y Museo Arqueológico de Tenerife, Conrado Rodríguez-Maffiotte; y "La fuerza laboral de la mujer guanche. La investigación en el registro esquelético", de la mano de la técnico superior del Instituto Canario de Bioantropología, Mercedes Martín y Conrado Rodríguez-Maffiotte.

Cabe recordar que la exposición dedicada a la mujer guanche está integrada por una serie de paneles con textos explicativos, algunos basados en crónicas de Agustín Espinosa y Abreu Galindo, entre otros, además de grabados que ahondan e ilustran cómo era la sociedad guanche y cuáles eran los trabajos y roles ejecutados por ambos sexos, aunque abunda en las transcendentes labores realizadas por la mujer.

Además de la representación de un tagoror, presidido por el mencey y los notables de la tribu, se exhiben en unas vitrinas numerosas piezas arqueológicas y las herramientas con las que fueron fabricados los utensilios para los que utilizaron barro, cuero, piedra, madera y fibras.

En otro expositor se muestran restos óseos que reflejan las diferentes patologías generadas por la realización de algunas faenas, entre las que destacan males como la artrosis, traumatismos o los dedos de la costurera, entre otras enfermedades detectadas tras los estudios bioantropológicos.

A pesar de que el hombre y la mujer compartían algunas misiones, era el sexo femenino el que se encargaba de desarrollar importantes cometidos en el ámbito privado, uno de los apartados en los que está estructurada la exposición.

Aunque la sociedad guanche era patriarcal, porque se creaba a partir de un antepasado masculino, el peso de la mujer se manifestó en las numerosas tareas vitales que desarrolló, como la de ser madre y esposa, además de mantener la perpetuidad de la familia, curar y cuidar a los enfermos y ancianos. También era la encargada de confeccionar los vestidos, sembrar y recolectar los diferentes granos para alimentarse, cocinar, recoger leña y mantener el fuego. Las niñas aprendían estos quehaceres, mientras los niños eran preparados para la guerra e imitaban a los hombres en lanzar piedras, jabalinas, correr y saltar.