Los trabajadores con discapacidad cobraron en 2012 un salario bruto medio de 19.505 euros anuales, un 14,5% menos que las personas sin discapacidad, cuyo sueldo medio se situó en 22.815 euros, según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La encuesta revela, asimismo, que los trabajadores con discapacidad cobraron un 4,1% menos en 2012 que en 2011, cuando su sueldo medio se situó en 20.337,4 euros anuales.

Los hombres con discapacidad tuvieron un salario un 20,5% inferior al de los hombres sin discapacidad, mientras que el de las mujeres con discapacidad fue un 8,5% menor que el del resto de las féminas.

Las diferencias entre mujeres y hombres con discapacidad resultaron menores (un 12,9% inferior para las mujeres) que en la población sin discapacidad (un 24,3%).

La desigualdad salarial entre discapacitados y el resto de la población fue mayor en los puestos bajos, como operadores y trabajadores no cualificados -con un sueldo un 19,3% inferior-, mientras que en los altos cargos, como directores o gerentes, la diferencia fue del 7% y prácticamente igual en los puestos medios.

Los salarios más bajos correspondieron a los trabajadores con discapacidad intelectual y mental, mientras que aquellos con discapacidad sensorial y física percibieron los más elevados, con sueldos que superaron al salario medio de las personas con discapacidad en un 7,9% y un 4,2% respectivamente.

Los trabajadores con discapacidad intelectual y mental ganaron 11.590 y 16.741 euros anuales respectivamente, un 40,6% y un 14,2% inferior a la media.

Atendiendo al grado de discapacidad, los salarios oscilaron desde los 19.891 euros anuales en el caso de personas con menor grado, hasta los 18.479 en aquellas con un grado de discapacidad comprendido entre el 45% y el 64%.

Destaca la baja participación de las personas con discapacidad en el mercado de trabajo, de manera que su tasa de actividad en 2012 se situó en el 36,7% (40 puntos inferior a la del resto), la tasa de ocupación fue del 24,5% (menos de la mitad) y la de paro del 33,2% (superior en más de ocho puntos).

Una diferencia que se estrecha con la edad

Las diferencias salariales entre hombres y mujeres crecieron un punto para las personas sin discapacidad en 2012, mientras que se redujeron en casi un punto en el caso de la población con discapacidad. Según aumenta la edad y la experiencia, las diferencias salariales entre discapacitados y no discapacitados disminuyen, aunque en ningún caso la ratio salarial llega a superar el 84%. Se observan menos diferencias salariales entre personas con y sin discapacidad en los contratos a tiempo parcial, para los cuales la ratio salarial se situó en el 91,9%, que en las jornadas a tiempo completo (85,6%). La ratio resultó similar tanto para el contrato indefinido como para el de duración determinada. (cerca de un 86%). En función de las características de la unidad de trabajo y de la empresa, el sueldo de las personas con discapacidad aumentó a medida que se incrementaba el tamaño del centro de cotización.