Los animales desarrollan una serie de ritos que preceden al apareamiento. Despliegue de colores exuberantes, peleas encarnizadas, gritos desesperados... La conducta de machos y hembras se altera bruscamente en las épocas de celo. De igual manera, los animales políticos suelen presentar importantes trastornos de conducta en los periodos inmediatamente anteriores y posteriores al paroxismo electoral. Así que en estos días es difícil discernir lo que es cierto de lo que no es más que simple floritura política o puro postureo.

Advertido esto, lo que parecía un hecho consumado ayer es que Coalición Canaria en Santa Cruz se ha planteado pactar con el PP, lo que supondría poner una bomba termonuclear en la mesa de negociaciones del pacto de gobierno en Canarias. Las órdenes de Barcelona es que Ciudadanos no pactará con los nacionalistas canarios. José Bermúdez, que no acepta gobernar en minoría con el PSOE, está deshojando la margarita de si gobierna en mayoría con el PP o le propone a los dos partidos un tripartito. Pero en todo caso, pactar con los populares sí o sí. Se podría pensar que todo es un gambito, una añagaza de Coalición para ablandar a los socialistas chicharreros y obtener mejores condiciones en el pacto. Tal vez lo sea (en los ritos todo es posible), pero tiene toda la pinta de ir muy en serio.

Es difícil que la onda expansiva de un posible pacto CC-PP en Santa Cruz no alcance otros municipios de la isla. Y sobre todo que no sacuda la plácida negociación que hasta ahora tenían nacionalistas y socialistas para el pacto regional. Fernando Clavijo, en pura matemática, tiene dos acuerdos posibles: el que está negociando con el PSOE y otro con los populares y el apoyo de la Asamblea Socialista Gomera o más remotamente Nueva Canarias. Pero en Lanzarote y Fuerteventura, al menos hasta ahora, se les atraganta aceptar un gobierno con los del PP. Pero ¿sería lo mismo si el PP no entra en el Gobierno y se contenta con apoyar en el Parlamento un gobierno en minoría de los nacionalistas, al menos hasta las elecciones generales del próximo noviembre? La respuesta a esta pregunta es la pieza clave para que Clavijo tenga dos opciones y no solo una. Y una puerta de salida a la disyuntiva de que Santa Cruz se plante.

Es posible que el órdago de Bermúdez sea pura estrategia negociadora. José Alberto Díaz, en La Laguna, no tiene mayoría con el PP y ha estado sometido a una enorme presión por parte de Javier Abreu y los socialistas laguneros que han coqueteado con la idea de un pacto de izquierdas (Unid@s, PSOE y Por Tenerife-Nueva Canarias). Tal vez -sólo tal vez- lo de Santa Cruz sea un aviso de navegantes para que alguien de la superioridad le diga a Abreu, que es la alegría de la huerta, que con las cosas de comer no se juega. Pero si no es así. Si Bermúdez realmente no está dispuesto a gobernar expuesto a una moción de censura y sin mayoría, la que se está liando tiene consecuencias impredecibles. O mejor dicho, muy predecibles: o se firma un pacto regional CC-PSOE y que cada perrito municipal se lama su cuquita (con lo que vamos a tener doscientos pactos distintos) o Coalición va a gobernar en solitario hasta noviembre como está mandado.