Coti estuvo anoche en La Laguna. Pasó por Aguere como la estrella fugaz que describe un hilo brillante en su tránsito hacia lo desconocido. El compositor y cantante rosarino habló de "Qué esperas" en el Escenario Dial que se celebró en el Pub Kapitel. El argentino intercaló temas recién horneados con unas reflexiones sobre el proceso creativo del álbum que está promocionando en territorio español. El artista no puso barreras entre él y un público que escuchó media docena de títulos que sonaron en libertad; sin tener que vigilar esa escaleta que marca el pulso de un concierto. El Coti que hizo escala en Tenerife fue ligero como la noche; natural como el devenir que devora el tiempo que acaba siendo pasado.

Sin demasiados adornos. Con una voz y una guitarra se sucedieron un puñado de canciones. El intérprete secuenció sensaciones con objetivos que están por cumplir en una atmósfera que intentó sin éxito aislarse de los ecos del Barça-Juve que se disputó en Berlín. Coti demoró su llegada a la Ciudad de los Adelantados para impedir que sus letras se pisaran la fantasía de Messi.

Fútbol y música son un binomio magnético cuando en el escenario se cruzan dos argentinos. El terrenal, el que pisó ayer suelo lagunero, de "Días", de "El privilegio de los corazones rotos", de "Olvidarte", de cuestiones que le han convertido en un autor que tiene claro que "nunca me voy a plantear abrir una competencia contra mí mismo", dijo a El Día hace dos semanas.

De los procesos inspiratorios, de su tratectoria musical -que ya dura una década y media-, de los cambios que se han dado en la industria musical, del contacto con los fans... De todo eso se habló en el Escenario Dial que propició el regreso de Coti a Canarias: el pasado viernes repitió este mismo formato en unas terrazas de la capital grancanaria. No fueron 50 horas, pero sí una. Sesenta minutos de intercambio de energías entre el escenario y el público.