En la tarde de ayer la ciudad de Aguere vivió una nueva edición del Corpus Christi, solemne procesión del Santísimo sobre alfombras y pasillos realizados desde las primeras horas del día, por cientos de manos que, con más voluntad que arte, se entregaron a la labor de confeccionar alfombras para honrar el paso del Señor Sacramentado.

Semillas, marmolina y sales tintadas, serrín, ramas de brezos troceada y pétalos de flores, entre otros elementos, fueron los materiales más utilizados, aunque no dejaron de utilizarse otro tipo de elementos como flores de papel o material reciclado. Cofradías, hermandades, asociaciones de vecinos y colegios, entre otras instituciones y colectivos realizaron sus trabajos sobre un espacio perfectamente delimitado para cada uno. La temática representada en los diferentes tapices fue de muy variada índole, desde temas bíblicos a figuras geométricas, en ocasiones con moldes y en otras a mano alzada, y desde hace ya algunos años usando la picaresca de colocar una soga negra en un papel en embalar que se dispone en la calle y sobre él se rellena. En cualquier, caso siempre con la ilusión de quien pone su buen hacer en el trabajo a realizar.

La celebración eucarística comenzó a las cinco de la tarde. Pasadas las seis salía, con la solemnidad de rigor, la procesión por las calles laguneras.

Fue una nueva edición de la celebración del Corpus, la manifestación religiosa más importante de la cristiandad, en la medida que se procesiona a Jesús Sacramentado y no a una imagen como en el resto de procesiones. Una tradición que tiene sus orígenes en la ciudad belga de Lija allá por el siglo XII, para contrarrestar las herejías de aquellos que se apartaron de las directrices de Roma.