El Economista anunció el pasado martes que Soria se convertirá en superministro de economía en la próxima remodelación que Rajoy prepara para responder al fiasco electoral del 24-M. El PP necesita antes de las elecciones generales construir un discurso sobre sus éxitos en la salida de la crisis, que llegue a calar en la opinión pública. Y parece que Rajoy cree que no hay nadie como el energético Soria para contarnos a todos los españoles el cuento de la recuperación (y que nos lo creamos). Así de cambiante es la política de este país: hace apenas una semana, nadie daba un duro por este ministro cuestionado por los suyos y por los otros, pero Soria es capaz de sortear los escollos como un salmón vigoréxico que trepa por el río (y perdón por la metáfora).

Claro que no habrá cambios en el Gobierno hasta después del 13 de junio, cuando se constituyan los ayuntamientos y es por eso difícil saber si lo que dijo a principios de la pasada semana El Economista es un pronóstico cierto de cómo piensa acometer Rajoy los cambios en su Gobierno, o sólo una intoxicación del entorno soriano, ahora que el ministro ha hecho de nuevo la paz con las eléctricas y vuelve a tener la bendición megavatia. Después de casi cuatro años de pugilato con las eléctricas, peleando por escapar del abrazo del oso que Montoro le montó a finales del 2013, Soria ha logrado cerrar la guerra que abrió con las grandes compañías. Aunque eso no significa que la ganara, sino más bien que se rindió. Porque andar en líos con las cinco grandes no era el mejor aval para seguir en un gobierno que se enfrenta a un todo o nada en las próximas elecciones, a celebrar previsiblemente en noviembre.

Sea verdad o mentira el superministerio que se le atribuye (por cierto, en la misma información se asegura sorprendentemente la continuidad de De Guindos y Montoro), lo que sí es cierto es que Soria hace como si se lo creyera: el mismo martes, coincidiendo con la filtración en prensa, el hombre se descolgó en "Los Desayunos" de la primera de TVE ejerciendo ya de superministro económico, y explicando a los atónitos oyentes que España está saliendo de la crisis, gracias a un ritmo de crecimiento que -dijo- este año podría ser del 3,6 por ciento. Y contó más cosas, por ejemplo, que en Canarias hay que hacer cambios en la dirección regional del PP. Una de dos: o es verdad que va a ser superSoria y ha decidido imitar el póster electoral de Manolo Domínguez y hacer carretera y manta, o Asier Antona debería ir buscándose sin demora otro empleo, porque ya saben que al ministro no le gusta que nadie le haga sombra, aunque sea una sombra pequeña. Sea lo que sea, Soria ha conseguido volver a ser noticia. Es lo que tiene salir en la tele. A lo peor tenemos que acostumbrarnos a verlo más los próximos meses.