Seguir al del maillot amarillo cuando se mete una escapada en solitario es difícil. Es como parar a Messi cuando se pega una de esas veloces arrancadas. Pero cualquiera de estas dos cosas es más fácil que averiguar qué es lo que van a hacer los políticos canarios en sus negociaciones para formar gobiernos. Uno se desmelena, se desespera, habla con unos y con otros y termina con la aciaga sensación de que todos le están tomando la pelambrera. El problema es que se supone que tenemos que contarles a ustedes cómo está la cosa. Así que te sientas delante del ordenador y te enfrentas a la congoja de tener que hacer hipótesis científicas sobre el comportamiento predecible de partículas absolutamente impredecibles.

Para empezar, Santa Cruz está en el aire. Muchos pensaron -pensamos- que José Bermúdez estaba haciendo puro teatro con su órdago de no gobernar en minoría con el PSOE. Pero no era postureo. Ayer se reunía la plana mayor de CC con los máximos representantes de Ciudadanos para plantear los escenarios en donde el partido de Albert Rivera podría llegar a acuerdos con los nacionalistas. Por ejemplo Santa Cruz. La respuesta de los catalanes advenidos a la baja macarronesia fue que ni de coña. Que ellos con partidos separatistas que están contra la sagrada unidad de la España invertebrada no van ni de aquí a la esquina. Y es que, para Ciudadanos, los de Coalición son como los de Bildu; una especie de HerriPlatasuna bananera. Un abominable independentismo que consiste en vivir como una ladilla de los Presupuestos Generales del Estado. O sea, que no se enteran. Ver separatismo en los de CC es tener la misma visión política que un gato de escayola por el agujero del trasero.

A Bermúdez no le queda otra: va a ofrecer un pacto de estabilidad al PSOE y al PP. Y a ver qué pasa y quién dice no. Es decir, que él no va a excluir a los socialistas. Esto puede provocar un movimiento sísmico en La Laguna. Y por si éramos pocos parió la abuela. O sea, La Palma. Ayer olía a azufre en la Isla Bonita, que es muy dada a las erupciones volcánicas.

El pacto regional entre nacionalistas y socialistas estaba, como quien dice, firmado. Pero por mucho que las nuevas leyes permitan la expulsión inmediata de los desobedientes, si todo el mundo se tira al monte el artículo 28 se va a convertir en una bala de fogueo. Es posible que todo se reconduzca en las próximas horas, pero esto se está poniendo al rojo vivo. Bermúdez en Santa Cruz va a plantear una anomalía tripartita que en apariencia no se sale del paraguas, pero jeringa cantidad. Y si los palmeros la terminan de liar, no habrá extintores en la isla para apagar a Javier Abreu en La Laguna.

No sé yo si CC y PSOE se han dado cuenta de que al paraguas del pacto se le está quemando el mango.