Recientemente se ha hecho público el informe de competitividad global que elabora el Foro Económico Mundial, donde por primera vez el reino de España se sitúa a la cabeza como el país con el sector turístico más competitivo del mundo. No hay que olvidar que el turismo genera el 10% de la economía mundial. Este hecho es un acicate para la esperanza. No todo son malas noticias; aunque hay que reconocer que, a pesar de que los resultados económicos están despuntando en el plano macro, sigue existiendo la impresión de que aún no se ha trasladado directamente, y con la debida rapidez, a la economía real; pero tiempo al tiempo; al menos, vamos por el buen camino.

En dicho informe -que retrata en qué medida cada país contribuye a moldear el proceso de globalización- nos premian por nuestras fortalezas. Principalmente, se destaca todo lo relacionado con infraestructuras, conectividad, seguridad, nuestra adaptación a los nuevos hábitos de consumo digitales y nuestro buen clima, así como se resaltan los recursos naturales y culturales que definen el liderazgo español. Pero si esto es bueno, que lo es, es aún mejor el hecho de que sea Canarias una de las comunidades que más contribuya a destacar esa presencia global "vendiendo" la "marca España".

En Canarias es muy importante el sector terciario. De hecho, casi un 80% del total del Producto Interior Bruto (PIB) se concentra en el turismo, el comercio, el sector servicios y la construcción; aunque nuestra escalada en el ranking de contribuciones se deba fundamentalmente a varios factores: el acierto en la apuesta por las políticas de renovación de la planta alojativa en las principales ciudades turísticas; a un impulso a los planes turísticos por parte de los responsables políticos; a una continua necesidad de incrementar la conectividad tanto aérea como marítima, y a una apuesta firme por la mejora y mantenimiento de la calidad de nuestro destino turístico.

Eso y a que el archipiélago canario constituye un lugar magnífico para vivir, para visitar y para hacer negocios. De hecho, su situación geográfica la hace el lugar idóneo para servir de plataforma comercial, logística y tecnológica, ya que se encuentra privilegiadamente anclada -con la seguridad jurídica que da pertenecer a Europa- entre las principales rutas marítimas y aéreas que recorren varios continentes. Lo que, añadido al hecho de que las islas disfrutan de un tratamiento fiscal y económico estable y diferenciado, constituyen el lugar ideal para atraer inversiones; tan sólo el Caribe constituye hoy día nuestro principal competidor en relación a la inversión turística.

Aunque desde esa perspectiva turística, las Islas Canarias conforman un Edén natural único y envidiable con una calidad de vida aceptable y deseable para los más de trece millones de viajeros que la visitan cada año -en su inmensa mayoría provenientes de los países de la Unión Europea-, que han descubierto en Canarias el "paraíso encontrado" de sus sueños. Y es que la naturaleza ha sido muy generosa con las Islas Afortunadas, dotándolas de una variedad paisajística singular que va desde desiertos de lava y playas de arena negra y oasis de palmeras y tabaibas, hasta vergeles llenos de frutales y bosques de pinos y laurisilva, que gracias a sus propios microclimas y a los vientos Alisios se mantienen tal cual desde hace miles de años.

Canarias es, pues, ese paraíso soñado por cualquiera que desea sentir una experiencia inolvidable y que, una vez que la visita, la siente, la huele y la saborea, se convierte en el paraíso encontrado del que nadie desea marcharse, porque se adapta perfectamente a los gustos más exigentes y variados, porque todo en ella es único: su cielo, su tierra y su mar; sus gentes, su cultura y su gastronomía; sus tornasoladas puestas de sol y sus amaneceres de plata; además de que sus fiestas y sus tradiciones singulares la convierten en un lugar mágico que sorprende y atrapa.

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