El barrio icodense de Llanito Perera reclama sin éxito, desde hace años, la construcción de un centro cultural que sirva como lugar de encuentro para los vecinos y como sede de actividades, cursos o talleres. Vecinos de este núcleo de la Ciudad del Drago han mostrado a EL DÍA su malestar por el olvido de una vieja demanda vecinal para la que incluso existe un solar disponible. Esperan que la nueva Corporación municipal sí atienda su petición.

En Llanito Perera no entienden por qué el Ayuntamiento de Icod de los Vinos nunca ha impulsado la construcción del centro cultural en un terreno ubicado junto a la plaza. "Ese solar está ahí, disponible, pero seguimos siendo el único barrio de Icod que no tiene centro cultural", lamenta un vecino de este núcleo ubicado en la linde con la corona forestal.

Otro vecino lamenta que la inexistencia del centro cultural deje a los residentes en la zona, "sobre todo a los mayores", sin ningún lugar al que acudir "a pasar el rato o a conversar con los conocidos". La ausencia de este punto de encuentro tiene al barrio "muerto", a juicio de este habitante de Llanito Perera.

En algunas ocasiones se utiliza la escuela unitaria como sede de actividades, pero cada vez se organizan menos y el espacio disponible tampoco ayuda.

Otra demanda vecinal que viene de lejos es la mejora de la vieja red de abastecimiento de agua. Los habitantes de este núcleo están acostumbrados a los cortes de agua causados por roturas de tramos de tuberías muy antiguas. En los últimos meses la situación ha mejorado, pero el problema sigue latente y no se resolverá hasta que se produzca una costosa renovación integral de la red.

La lejanía de los servicios médicos es otro obstáculo para los habitantes de esta zona de Icod. Deben acudir al casco para pasar consulta y, en el caso de las urgencias, tienen que trasladarse hasta el llamado hospital del Norte, en Buen Paso. Tampoco cuentan con una farmacia cerca.

Llanito Perera es un barrio sin apenas servicios: una escuela pública, que cuenta con apenas 30 alumnos; un polideportivo que solo tiene porterías; un pequeño parque infantil, y la plaza de la iglesia. Tampoco dispone de demasiada vida comercial: un par de bares, una venta, una ferretería, una carpintería y una tienda de productos agrícolas.

A mediados del próximo mes de julio se celebran las fiestas de la Virgen del Carmen, sufragadas mayoritariamente con aportaciones de los vecinos.

La recogida de las ramas marca el inicio de los festejos en este núcleo de origen agrícola, disperso en caseríos como Casa Canales o El Miradero, y consolidado en las últimas cinco décadas gracias a la autoconstrucción, "cuando todavía te podías hacer una casita sin tanto permiso ni tanto plano", recuerda un habitante de Llanito Perera.