Apenas una hora y cuarto separó a José Antonio Estévez (PSOE) de ser el nuevo alcalde de El Rosario. Es el tiempo que transcurrió entre la última llamada que hizo el secretario de Organización del PSOE, Julio Cruz, para que sus compañeros abortaran el pacto con el PP y Vecinos por El Rosario (VxER), y la proclamación de Escolástico Gil (IR-Verdes) como nuevo regidor rosariero.

Setenta y cinco minutos que sembraron la incertidumbre no solo en la corporación sino, sobre todo, en las filas del PSOE local. En este tiempo se gestó la gran "humillación" al candidato socialista, el mencionado Estévez, al que dos de sus compañeros rechazaron apoyar en la votación de investidura.

¿Quién fue el responsable? Fuentes del partido en El Rosario reparten las culpas, casi a partes iguales, entre los dos ediles que no cumplieron, a su juicio, con lo acordado antes del pleno -Iván Armas y María Ángeles Rodríguez- y el número dos del PSOE canario, el mencionado Julio Cruz.

A este último lo responsabilizan de "urdir" a espaldas del candidato a la Alcaldía rosariera, con otros miembros del partido en el ámbito local, el rechazo al pacto con PP y VxER. Claro que eso se produjo apenas unos días después, según estas fuentes, de que en una Ejecutiva regional se les diera libertad para pactar en el municipio con quien quisieran.

Es más, las mismas fuentes añaden que en días sucesivos y tras tener conocimiento de las intenciones del PSOE rosariero, no hubo pronunciamiento alguno del secretario de Organización "ni a favor ni en contra" del acuerdo que se pretendía suscribir, entre otras con Ana Lupe Mora, exsocialista imputada por un caso de corrupción y pendiente de juicio.

Y fue, precisamente, la imposibilidad de articular una fórmula que dejara a un lado, ahora o en pocos meses, a la exconsejera insular del nuevo gobierno que se pretendía conformar la que precipitó la orden de la dirección del PSOE de hacer saltar por los aires el preacuerdo que existía hasta unas horas antes del pleno de investidura.

La indignación de los socialistas de El Rosario con Cruz se incrementó al conocer que sus compañeros de partido en San Miguel de Abona iban a apoyar la investidura de un alcalde imputado, Arturo González, y los de La Victoria iban a hacer lo propio con un alcalde del PP. "¿Es la misma vara de medir?", se preguntan.

Pero la "cruz" socialista no estaba solo fuera de El Rosario. Tal vez se les clavó otra que les hizo aún más daño, el día del pleno y, posiblemente, en el futuro.

Las mismas fuentes lamentan que dos de sus compañeros, los citados Iván Armas (secretario general) y María Ángeles Rodríguez, ante la confusión creada tras la llamada de Julio Cruz prefirieran abstenerse a la hora de votar a José Antonio Estévez.

Según precisan, la idea era que, una vez roto el preacuerdo con PP y VxER, los representantes de estos dos partidos se votaran a sí mismos, al igual que lo haría el PSOE, de tal modo que quedaba expedito para que Escolástico Gil, el candidato más votado el pasado 24 de mayo, fuera proclamado alcalde.

¿Por qué hicieron otra cosa? Eso deberán explicarlo donde y cuando se lo requieran. Ahora toca afanarse en las tareas de la oposición, a la espera de lo que pueda pasar en un futuro no tan lejano.