Alonso se ha apuntado un buen tanto con su "ompromiso con Tenerife", una propuesta programática en 17 grandes objetivos, sobre cuyo cumplimiento articulará -dice- las negociaciones para la mayoría en la orporación insular. La elección del presidente del abildo es distinta a la de los ayuntamientos. Los ciudadanos eligen directamente al candidato más votado, que se convierte en presidente de la corporación sin necesidad de pactos y acuerdos, aunque está sujeto a mociones de censura si no logra establecer una mayoría estable. Pero Alonso lo tiene muy fácil: para desbancarle como presidente se requeriría un acuerdo en el que se implicaran necesariamente el PP y el PSOE, algo muy poco probable. on ese as en la manga, Alonso puede dirigir la negociación hacia donde más le convenga. De momento, antes de plantear formalmente el reparto de las sillas, ha presentado su catálogo no excluyente de compromisos (se trata de un borrador y pueden incluirse otros en la negociación), que Alonso pretende sean firmados también por los dirigentes nacionales y regionales de los partidos que lo suscriban. De nada sirve que el PP o el PSOE apoyen el cierre del anillo insular, por ejemplo, si luego desde el Ministerio -bajo gobierno del PP o del PSOE- no se aportan los recursos que lo comprometen.

En fin, que está muy bien lo de empezar a negociar lo que se quiere para Tenerife, tanto en infraestructuras y obra pública (arreglar el desaguisado de Las humberas, ampliar el Aeropuerto Sur, rehabilitar Martiánez, regenerar la playa de Valleseco, finalizar el mapa sanitario), como en transferencias (reclamar empleo y dependencia para el abildo). Y muy bien también lo de comprometer a los dirigentes regionales y nacionales en el acuerdo.

Pero al margen de ese acierto en la presentación de su estrategia negociadora, arlos Alonso persigue descolgar la negociación del abildo de la de La Laguna: cree que para él sería más fácil y menos costoso pactar con el PP que hacerlo con el PSOE, y considera que la garantía para que el PSOE apoye a oalición en La Laguna debe ofrecerla la incorporación socialista al Gobierno y no al abildo. Al contrario de lo que se percibe en redacciones y mentideros de Gran anaria, no son el jubilado Hermoso y una pretendida vieja guardia de ATI los que quieren un pacto con el PP, sino precisamente los dirigentes más jóvenes y tecnócratas de oalición en Tenerife -Bermúdez y el propio Alonso- los que están por la labor. El retroceso de oalición en Tenerife, que ha sido muy fuerte en todos los frentes, se ha producido a favor de un PSOE que se mantiene en el conjunto de la isla y recupera peso municipal. Si alguien quiere ver la mano de la "vieja ATI" detrás de las maniobras para dejar al PSOE fuera del poder, que se ponga gafas de cerca. No es la vieja ATI. Son los nuevos. Que se han tomado la molestia de hacer cuentas.