Cuando el monte era soledad, incluso cuando la mayoría de los senderos eran apenas zarzas y matojos, mucho antes de que se pudiera ni tan siquiera soñar con las carreras de montaña, allí ya estaba la figura de Agustín Rodríguez Fariña, que a los 86 años recibió ayer de manos del presidente del Cabildo de La Palma, Anselmo Pestana, la Medalla al Mérito Ciudadano.

La consejera de Medio Ambiente, Nieves Rosa Arroyo, lo dibujó como "el padre del senderismo" en Canarias. Quizás tenga una parte de razón. Pero, en realidad, es algo más. Fariña no solo hace caminatas para disfrute propio. Es de esos "locos" de la montaña que desde los años 60 pelea por la naturaleza de su tierra, en un intento por mantenerla intacta y que, además, fue capaz de anotar cada uno de esos caminos para traspasarlos al ciudadano de a pie a través del libro "Por los caminos de La Palma", donde se refleja que los senderos también son sensaciones.

Ha sido trabajador de la banca, fundador de la primera Asociación de Padres de Alumnos de Santa Cruz de La Palma, articulista de periódicos como EL DÍA, aficionado a la fotografía, miembro del Patronato del Parque Nacional desde su constitución en 1959... padre de cinco hijos.

Fariña se mostró tan sorprendido como agradecido por la medalla, "que creo que no merezco, porque lo que he hecho por La Palma es lo que me gustaba, aunque sí se han beneficiado terceros, mejor". Destacó, sin tapujos, que "la gente tiene que conocer La Palma, su identidad; no sabemos valorar lo que tenemos aquí, que nada tiene que enviar a tierra alguna".