La obra del dique de San Andrés no terminará hasta el próximo mes de octubre y los vecinos temen que las mareas de agosto y septiembre puedan dañar los trabajos sin concluir.

Los vecinos del pueblo pesquero observan con interés desde principios de junio una obra que les ha ocupado el horizonte. Con prudencia porque no disponen de los estudios de ingeniería, sugieren que si no refuerzan con prismas las piedras y el entullo, las mareas de finales de agosto y septiembre se lo llevarán.

Lucas Rodríguez explica que antes no existía el muro y las piedras del paseo, por lo que el agua llegaba hasta la plaza, pero con ese levantamiento la avenida se quedó "como un pozo". "Antes, donde estaba la parada de guaguas, había un rompeolas", recuerda.

Para Agustín Baute, no obstante, se pregunta si no hubiera sido mejor hacer la parte del dique paralela a la orilla un poco más mar adentro "para que el agua llegara muerta ya aquí". "Me preocupa más el barranco que esto, el barranco tiene que quedar libre", añade.

David Armas, el quiosquero de la avenida de San Andrés, explica que ahora la obra va "más despacio" porque el mar es más profundo en esa zona. "Deben proteger el dique con prismas, porque si no, lo que han hecho en meses, se lo va a llevar el mar en un día", explica. David conoce muy bien las mareas porque el agua le ha llegado hasta el quiosco en más de una ocasión. "La última vez saqué hasta un cangrejo del quiosco".

Gabriel Rodríguez, vicepresidente de la asociación de vecinos El Pescador, recuerda que el inicio de la obra se retrasó por los recursos de la Asociación Canaria de Surfistas. Espera que lo construido aguante las mareas de septiembre, pero se muestra positivo en el caso de que se produjera algún daño. "Afrontaríamos la espera con una nueva perspectiva ahora que la obra ya está caminando".

El dique sumergido tendrá una longitud de 350 metros. El contradique, perpendicular a la costa, alcanza los 96 metros de largo (36 más de lo establecido en el proyecto, que se eliminará cuando termine la obra). La construcción fue adjudicada a Sacyr en septiembre por 3,1 millones.

Una obra largamente demandada, cuyo retraso deja a merced de las mareas que azotan cíclicamente el pueblo de San Andrés.

Lucas Rodríguez

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Agustín Baute

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David Armas

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