Veinticuatro horas frenéticas pusieron en duda la continuidad de Víctor Añino, Vitolo, en el Tenerife. El jueves por la mañana, las partes mantuvieron una reunión en la que el club se mostró comprensivo con el futbolista si este decidía aceptar la oferta del Atromitos griego (tres temporadas y unos 350.000 euros por año) que había recibido el día anterior. No le podían impedir aprovechar una oportunidad como esa, a pesar de que el centrocampista tenía una campaña más de contrato con la entidad blanquiazul.

Tras esa primera toma de contacto, finalizada cerca de las tres de la tarde, se dio por hecho que Vitolo iba a regresar al fútbol griego.

Con el paso de las horas, una conversación entre Vitolo y el presidente del club, Miguel Concepción, cambió las cosas. Esa comunicación establecida por el deportista comenzó en clave de despedida y de agradecimiento por el trato recibido, y terminó en lo contrario. Los dos llegaron a la conclusión de que no deseaban una ruptura y buscaron la manera de reforzar la unión. El arreglo no resultó complicado, principalmente porque el Tenerife ya le había planteado al jugador unos meses antes la posibilidad de ampliar la duración de su contrato. Esa fue la alternativa elegida. Vitolo rechazó la propuesta del Atromitos y firmó un año más con el representativo, hasta junio de 2017. El mediocentro aclaró ayer que su sueldo no aumentará. Además, reveló que no aceptó firmar hasta 2018, tal como le había pedido Concepción, ya que prefiere ganarse esa prórroga con su rendimiento.

Vitolo expuso la versión de lo sucedido en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por Alfonso Serrano, director deportivo del Tenerife. "Voy a cumplir 32 años y me llegó una propuesta de tres temporadas. Le comenté al club que, a nivel futbolístico, esa oferta era buena, pero que mi primera opción era seguir en mi casa", comentó el de Valleseco, "muy orgulloso" de la "rápida reacción y del esfuerzo" de los dirigentes.

El jugador afirmó que ni Serrano ni Concepción le "invitaron a salir" del Tenerife cuando se enteraron de que en el Atromitos le iban a pagar más dinero. "Solo me dijeron que no me iban a cerrar las puertas si la oferta era buena. Me comentaron que si quería irme porque era lo mejor para mí y para mi familia, no me iban a cortar las alas porque me había portado bien con ellos", añadió.

Pero el asunto no quedó zanjado con esa charla. La posterior que mantuvo con Concepción sí le dio un giro a lo que, en ese momento, parecía una desvinculación segura. "Llamé al presidente para agradecerle el trato que me había dado. Estuvimos hablando y le conté que en el equipo me sentía muy bien, así que me contestó que teníamos que buscar una solución. Luego me puso en contacto con el club y todo se resolvió en minutos".

Al respecto, confesó que Concepción quiso que firmara hasta 2018. "Me ofreció un año más otro y le dije que me quedaba con uno y que iba a pelear el siguiente".

Asimismo, advirtió de que "el club no tomó la decisión de renovar el contrato por la existencia de la oferta del Atromitos, porque es algo que ya se había hablado".

Por último, aseguró que era "la persona más feliz del mundo" por la tranquilidad de saber que podrá continuar en su "casa".