La clásica frase que marca el término de cada gala, cuando se anuncia que "Santa Cruz ya tiene reina", es un punto inflexión en las vidas de las 50 reinas adultas, dos centenares y medio de damas de honor y millares de aspirantes -infantiles, mayores y adultas-. Porque son reinas en un Carnaval, pero para toda la vida. Así lo reivindicó ayer Lucía Luisa Ramos Vaquero, soberana en 1984, y una de las principales promotoras, junto a Nicolás de la Barreda, de la novel Asociación de Reinas del Carnaval que se estrenó en el Casino Principal de Tenerife.

Allí estaban representadas todas las generaciones de reinas, desde los sesenta a la actualidad. En el Palacio de Carnaval del que se disfrazó el Casino reinó María Isabel Coello, diseñadora y modista del traje de la segunda soberana del "nuevo Carnaval", en 1966; y de 1967, 1968 -cuando incluso ganó el centro con, Fina Soriano (presente ayer), y las cuatro damas-, 1969, 1970, 1973, 1976 y 1977.

Del taller de la nonagenaria Isabel Coello salieron nueve reinas y se formaron grandes diseñadores, como Justo Gutiérrez, entre el público, y Leo Martínez. Allí estuvo otro grande, con sello propio, Luis Dávila. Y el director de galas de los 80 y de los años 2000, Sergio García, junto a la nueva generación, Gladis de León, flamante concejala de Fiestas, y Enrique Camacho, responsable de la gala 2015. El alcalde, José Manuel Bermúdez, prefirió estar con la gente del Carnaval -con exponentes del carisma de Masi Carvajal y componentes de Diablos Locos-, a ir a la toma de posesión de su compañero Carlos Alonso como presidente del Cabildo tinerfeño.

Ayer las reinas pidieron ser mucho más que una foto; reclaman compatir su amor y experiencia por el Carnaval.