Tras ejercer de cooperante en Ecuador, la presencia de su mujer en Mauritania le llevó, hace 4 años y medio, a cambiar su latitud solidaria. El gallego Alberto Gutiérrez Souza lamenta que la ayuda española a cooperación haya bajado un 40%, pero subraya que ha aumentado la de los parroquianos de Cáritas, sobre todo en Canarias.

¿Cuál es su tarea en Mauritania?

Coordino las Cáritas de aquí y de allí. Tenemos proyectos rurales y en la capital, Nuakchot, donde vivo, si bien antes intervenía en Gorgol, el llamado Triángulo de la Pobreza, al sur, donde las sequías son recurrentes año sí y año no, creando inseguridad alimentaria. Por ello, Cáritas implementa proyectos de desarrollo ahí.

¿Cómo definiría la situación de las zonas más afectadas?

La inseguridad alimentaria rural depende del nivel de lluvias y es casi estructural. Si de julio a octubre no hay suficiente lluvia, afecta al resto del año, pues no hay pastos para el ganado ni nivel en los acuíferos para agua potable...

¿Esto va a peor?

Depende del año, aunque se han lanzado proyectos alimentarios urgentes al ser muy probable que las sequías se repitan. Pero, en realidad, se necesita desarrollo rural...

Lo de siempre: enseñar a pescar y no solo dar cañas y sedal...

Eso. Trabajamos en aldeas, con poblaciones afectadas, cooperativas de mujeres, por ejemplo, para hacerlas protagonistas de su desarrollo. Es un desarrollo integral: damos formación, pues hasta la lengua propia es un límite para comunicarse si no se sabe leer y escribir. Alfabetizar es clave; y las infraestructuras para retener el agua y que se filtre a los acuíferos...

¿Qué proyectos destacaría?

Tenemos uno muy relevante que comenzará este año junto a la Agencia de Cooperación Internacional y Cáritas Española. Será de 4 años, tiene 3 millones y su fin pasa por asentar la educación, las obras hidráulicas, la formación de auxiliares de matronas y veterinaria...

Cuando regresa a España y oye la palabra crisis, ¿qué piensa?

Cada uno le da el sentido que quiere. Mauritania está en crisis perpetua desde hace mucho. Hay un 30% de paro desde hace años...

Bueno, Canarias también lo tiene, aunque con cobertura...

Sí, ya, pero allí hay un 40% de pobreza, ausencia de servicios de base, de infraestructuras de salud o saneamiento, y una oferta educativa muy deficitaria...

¿Qué cobertura escolar hay?

Desconozco las cifras ahora...

Pero, ¿son cifras fiables...?

Sí. El problema del gobierno es que no llega a muchos sitios. El país tiene riquezas, pero mal repartidas. Nuestra tarea es llegar adonde no lo hace el gobierno. Ofrecemos FP a chicos sin educación al tener que ayudar pronto en casa.

O emigrar...

Sí... Les formamos como carpinteros, electricistas... Les damos prácticas en empresas y les seguimos. Trabajamos, a su vez, en cárceles, cuya situación es muy difícil por sus infraestructuras. Somos la única ONG a la que se le permite.

¿Hay mucho retraso en salud?

Son servicios bastante deficitarios y, a veces, al no atender bien, las enfermedades se agravan. Tenemos un proyecto en un barrio muy necesitado para asistir en partos.

¿Han notado mucho la drástica reducción de la ayuda al desarrollo del Gobierno español desde 2012?

Se nota en que muchos compañeros de otras ONG se fueron. Ha bajado un 40%, pero ha subido la ayuda de parroquianos. Hay ONG que han llegado para trabajar proyectos de urgencia, pero es paliativo: se necesita desarrollo para luchar contra la desigualdad.

¿Da por perdida una mayor concienciación política exterior: lo del 0,7% parece ya quimérico?

Debemos trabajar con la sociedad civil junto al gobierno porque así se logra el autodesarrollo sin depender de la voluntad política. Los estados del Norte somos responsables de lo que pasa.

Al oír la palabra solidaridad aquí, ¿cree que sabemos lo que es?: Mauritania está al lado de Canarias...

Cáritas de Tenerife lleva 10 años apoyando a la de Mauritania porque es consciente y solidaria: recoge fondos para un país que está a 1 hora y media en avión. Ahora, por ejemplo, recolectaremos en la Bajada de la Virgen de La Palma para una ambulancia.

¿Y el resto de la sociedad?

El impacto de la crisis está ahí, pero los parroquianos de Cáritas, lejos de bajar su implicación, la han subido. Sí noto un descenso de convocatorias de las instituciones canarias, como el Cabildo de Tenerife...

Que, sin embargo, pide a empresarios que inviertan en África...

Carezco de datos, pero no lo noto.

¿Qué les dice a los que no ayudan por temor a que el dinero acabe en gobiernos corruptos?

Sé que Cáritas gasta hasta el último euro. Intentamos desmitificarlo para evitarlo como excusa.

¿Cuál es su visión de la emigración, ahora que Francia, Alemania y demás cierran fronteras?

La única solución es la cooperación para el desarrollo en países con una inequidad clara.

Pero eso se escucha de siempre: ¿no le frustra conformarse solo con pequeñas acciones de ONG?

A mí se me alimenta el impulso de ayuda. Vivimos en un sistema mundial muy injusto que debe cambiar con desarrollo "in situ".

Sin embargo, la ONU dice que la pobreza decrece: ¿lo palpa?

No tengo una perspectiva global del país, pero sí noto cambios para bien gracias a Cáritas. Hay que sembrar, formar y dar herramientas. Eso da frutos. Las mujeres se asocian, crean huertos...

¿Qué le satisface más de su labor?

Ver ejemplos de éxito de personas que no saben escribir ni en su lengua y acaban siendo mecánicos.

Sin choque cultural pese a la difícil adaptación

En un país independizado en 1960 tras la colonización francesa y en el que está prohibido el consumo de alcohol por su islamismo, en el que casi no hay bares al uso occidental y en el que el ocio depende mucho de la capacidad de relacionarse en torno a casas particulares, resulta poco llevadera la presencia para los extranjeros si no hay auténtica vocación y convicción solidaria, aparte de un entorno familiar y de amistades arropador. Alberto cuenta con estas ventajas, aunque no esconde que, en muchos casos, resulta difícil la adaptación. Pese a estas dificultades, subraya que no existe un choque cultural ni religioso. "Hay un gran respeto por las diferencias".

Tiendas de gas como alternativa energética

Como otros países africanos, y aunque los hay que apuestan claramente por la energía atómica por su riqueza en uranio, Mauritania está desarrollando la energía solar en aldeas. No obstante, Souza lamenta que esta inversión no se cuide lo suficiente con algo clave: el mantenimiento, lo que pone en riesgo la apuesta y el futuro. Por las consecuencias de las sequías y la falta de lluvias, Cáritas es consciente de que se debe paliar el consumo de árboles y, aparte de fomentar las repoblaciones, oferta tiendas comunitarias de gas como otra alternativa energética.