El Parlamento de Canarias "interpreta" desde ayer su novena legislatura. En medio de una considerable expectación, con la vía exterior cerrada con vallas, aunque con un control y seguridad mejorables (pronto se acabaron las acreditaciones), los 60 diputados electos prometieron en su mayoría, los demás juraron, su condición de parlamentarios en una sesión que llenó el hemiciclo y las salas anexas de familiares, políticos, periodistas y visitantes.

Tras la firma del pacto regional entre CC y PSOE en la tarde del lunes, con la presencia de Pedro Sánchez, las Islas afrontan desde ayer un nuevo cuatrienio legislativo y político que se presume apasionante por los tiempos reivindicativos y sociales que se viven y con la mayor pluralidad de formaciones que se da desde 1993. Un año en el que, en medio de la tercera legislatura, fuerzas insularistas integradas en AIC, AM, el PIL, el Centro Canario de Lorenzo Olarte e ICAN confluyeron para censurar a Jerónimo Saavedra y plantar el germen de la actual CC.

El ahora Diputado del Común fue precisamente el único expresidente que acudió al acto (si se exceptúa al líder de NC, Román Rodríguez). El también exministro estuvo acompañado en el palco principal por la delegada del Gobierno, María del Carmen Hernández Bento; la diputada nacional de CC, Ana Oramas; el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, y Aurelio Abreu, entre otros.

Transcurridos 22 años, el Parlamento vuelve a reimpulsar el arcoíris político con un total de seis fuerzas que dejan atrás los tiempos del tripartito, solo matizado cuando Nueva Canarias se desgajó de CC. La Agrupación Socialista Gomera de Casimiro Curbelo y, sobre todo, Podemos reflejan los nuevos aires en las Islas y el Estado, con una NC reforzada, unos Ciudadanos que se quedaron a nada de entrar y un tripartito debilitado, aunque con un pacto CC-PSOE que, pese a las dificultades en la negociación, los incumplimientos y las incógnitas aún no despejadas de La Laguna y el Cabildo tinerfeño, parece sólido y duradero.

Como anunció el lunes la que será vicepresidenta del Gobierno, Patricia Hernández, Carolina Darias pasó ayer a la historia política canaria al convertirse en la primera presidenta de la Cámara. Un claro signo de los tiempos que, eso sí y como lamentó la propia Darias, llega 32 años después de la primera legislatura, aunque con el refuerzo más que llamativo de que ahora hay más mujeres que hombres como diputados. Todo un símbolo y una realidad más que aplastante que acerca el Parlamento a la sociedad del siglo XXI.

Tras unas palabras de bienvenida a los nuevos diputados y, a su vez, de despedida de Antonio Castro Cordobés en su condición de presidente de la Cámara desde 2007, la intervención más política la protagonizó precisamente Darias, si se obvian las tomas de posesión de los 6 representantes de Podemos, todo un manifiesto político, social y reivindicativo.

Darias remarcó la historia parlamentaria desde la antigua Grecia para presentar el hemiciclo como "ágora de la palabra". Luego, hizo un reconocimiento de la labor de Castro y los presidentes previos para centrarse en su mensaje nuclear: que la Cámara debe estar a la altura de los tiempos de cambio que vive, exige y anhela gran parte de la sociedad. Unos cambios que, según subrayó, requieren respuestas inmediatas, aunque con la luz larga de la sostenibilidad puesta y dispuesta.

En su opinión, esto obliga a todos los ámbitos sociales a intervenir pero, sobre todo, a la política, el instrumento "más fuerte que hay de transformación social, cohesión y justicia". Recordó la gran responsabilidad que recae en los 60 diputados, hizo una sincera defensa de la pluralidad y enumeró los colectivos y tareas que deben ser prioritarias: los jóvenes, "que no encuentran oportunidades, se van y, con ellos, el talento; una educación y sanidad de calidad se viva en la isla que sea; los mayores; las mujeres que sufren la violencia; los parados, los que no llegan a fin de mes...". Casi más en una arenga política, instó a no conformarse con la buena marcha de las grandes cifras. "Tenemos que esforzarnos por recuperar la economía de la gente; tengamos mimo y determinación en la defensa de lo nuestro, de nuestras singularidades, de nuestro patrimonio natural y medio ambiente. Tenemos un compromiso ecológico para ser un referente en sostenibilidad". Y todo, bajo la advertencia de que los ciudadanos, más que nunca, "nos están mirando, nos exigen consenso en el disenso y debemos luchar contra las desigualdades". Para dar ejemplo, se comprometió a ser la presidenta del entendimiento, la transparencia y la búsqueda de espacios de encuentro, "con un diálogo permanente con todas las fuerzas, entidades y ciudadanía".

Como perfecto colofón al acto, recordó al primer presidente de la Cámara, el socialista Pedro Guerra, y su empeño principal: vertebrar Canarias desde ese sillón. Además, insistió en que se abre un tiempo de "ciudadanía, ilusión, esperanzas y, cómo no, de utopía", para lo que evocó a Emilio Lledó, quien recuerda continuamente que no se logran avances sin ella. Como dijo Darias, les están vigilando.