En realidad sigue en la misma ciudad en la que se inventó una "Colisión" casi definitiva. "Atentado", la última novela de Mariano Gambín, sitúa a Santa Cruz de Tenerife en el punto de mira de un escritor que sigue fiel a su fórmula. "Ofrezco acción, intrigas y algún que otro misterio por resolver", enumera el abogado que en 2011 abrió la trilogía "Ira Dei", un proyecto literario del que salieron personajes que tienen vida propia en el libro que presentará oficialmente en los primeros días del próximo mes. De momento, "Atentado" solo se puede adquirir a través de Amazon Kindle.

La diferencia más apreciable con respecto a ese punto de partida es que Gambín ha modificado la escenografía de "Ira Dei" (2011), "El círculo platónico" (2013) y "La Casa Lercaro" (2013). "Nos mudamos a Santa Cruz", precisa el autor que en "El viento del diablo" (Roca Editorial) entrega mucho protagonismo a la arqueóloga Marta Herrero. Esa trama transcurre en suelo marroquí y fue uno de los ejes de la conversación que mantuvieron en la tarde de ayer Mariano Gambín y Dulce Xerach en el Círculo de Bellas Artes de la capital tinerfeña. La historiadora será una de las guías de las tres tramas que se encadenan en "Atentado". "Sigo empeñado en contar varias intrigas en un libro. Todas tienen su final, pero algunas tramas se pisan", explica.

Si en el pasado Gambín planificó atentar contra un embajador del Vaticano durante una visita a Aguere, en esta ocasión el objetivo son los reyes de España. Un millonario decide contratar a dos asesinos a sueldo, que actúan por separado sin conocer uno la existencia del otro, para que lleven a cabo este plan durante una visita real a la capital con motivo de la inauguración de un templo masónico que acaba de ser rehabilitado como museo. "Este es uno de mis cócteles literarios; un libro que tiene el único propósito de entretener".

A las dos de la tarde del 15 de febrero los sicarios tendrán que cumplir las órdenes recibidas: cada uno de ellos diseña una estrategia diferente que despierta el interés de un grupo de policías que perciben que alguna amenaza se cierne en torno a una visita que exige de unas grandes medidas de seguridad. Fruto de esas investigaciones en superficie y en el alcantarillado de la ciudad aflora una segunda historia conectada con la aparición de un tubo volcánico en un edificio que se ubica en el entorno de la calle del Pilar, en pleno corazón de Santa Cruz de Tenerife. Cuando los investigadores se proponen marcar el itinerario de la galería descubren un pasadizo que les conduce hasta una cámara donde se desarrollan ritos profanos desde hace más de 200 años.

"Las tramas se superponen en la novela. Todas tienen sus misterios, pero en ocasiones aparece una conexión que une la planificación del atentado con el hallazgo del tubo volcánico, es decir, que una cosa puede llevar a otra sin que afecte a la investigación", dice en referencia a un "thriller" en el que, por supuesto, termina apareciendo algún que otro esqueleto. En este caso, y fruto de una tercera vía narrativa, Gambín tira de dos cadáveres centenarios para dar otro giro al desarrollo de "Atentado".

Los miedos de Herrero regresan, pero tendrá que superarlos para llevar a buen puerto una petición de su exjefe, el comisario Matías Arencibia, quien, a pesar de estar muerto, se convierte en la excusa para que el inspector Galán, Sandra Clavijo y Luis Ariosto indaguen una red de espionaje que estuvo activa a mitad del siglo XXI y que en estos momentos se convertirá en una pieza clave para dar solución a otro de los laberínticos casos de "Atentado".

Gambín, pues, resucita personajes de su universo "Ira Dei" para generar una atmósfera tan tensa como nos tiene acostumbrado. Así, más o menos, ha crecido un libro que vivirá sus primeros episodios promocionales la próxima semana. "No he cambiado mucho", asegura el escritor antes de su encuentro con Dulce Xerach.