Abierta la veda de los locos bajitos, a los que merecidamente les corresponde un tiempo de asueto, comienza la consabida danza de los enanos, y no me refiero a los de La Palma, que fuera de su disfraz están ya bastante creciditos; hablo de los menudos de cada familia, en donde sus padres tienen que hacer encaje de bolillos para compaginar el horario laboral -los que tienen el privilegio de un empleo- con el de confraternización a tiempo completo. De ahí la relevancia de los abuelos/as, muchos de ellos fogueados el resto del año en lo que se refiere al cuidado de los nietos no escolarizados, en régimen de pensión completa a tiempo parcial. Sin embargo, ahora la ayuda tendrá mayor énfasis, dado que no sólo habrán de cuidar de estos, sino también de sus hermanos mayores. Con lo cual el trabajo y la responsabilidad se multiplica por el dígito de la planificación -o porque se les escapó- de sus progenitores.

Bien es verdad que, para mayores de 9 años, existe la opción de los llamados campamentos de verano, en donde se desfogan aprendiendo a respetar la Naturaleza y ampliar esa sabiduría y tolerancia que sólo se consigue con la convivencia. También para los más pequeños se realizan acciones similares centralizadas en colegios o locales cercanos en donde, al parecer, quieren dar una cierta prioridad al aprendizaje del inglés entre juego y juego, para hacerlo más llevadero. Una asignatura pendiente entre muchas generaciones de españoles, en donde primaba la enseñanza obligatoria del latín en pleno régimen nacional-catolicista, sin percatarse de que la comunicación en el futuro reparto europeo estaría en manos del idioma de la pérfida Albión.

Hablando de repartos, a estas alturas el pacto CC/PSC-PSOE estará ya firmado por el dirigente Pedro Sánchez, que vino el pasado domingo a rubricarlo con los de casa, pese a que aún el partidismo, investido de soldado pretoriano que habla hipócritamente de tiempos nuevos, siga jugándose a los dados los jirones de la túnica sagrada del Archipiélago. Por ello, después de echar un vistazo al acuerdo inicial, observo, en lo que respecta a Tenerife, que la consejería de Obras Públicas ha ido a parar a manos socialistas. Con lo cual presumo un nuevo frenazo en las aspiraciones de esta capital respecto a la esperada construcción de la nueva Estación Marítima; incluyendo, tal vez, un cambio de la Autoridad Portuaria nacionalista por uno socialista, con excepción de la etapa de Rodríguez Meneses. Y quien esto dice teme por ese otro parón del anillo insular y el túnel de Erjos, con la excusa de la creación de un proyecto más económico, que se perderá en las vísperas futuras de las cíclicas hogueras de San Juan. Porque lo único novedoso es que todo seguirá igual, y por muchas declaraciones de intenciones, el punto inicial del orden del día será el de la asignación del sueldo a percibir. Pongan ustedes el cuño.

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