La artista Adelaida Arteaga (Santa Cruz, 1969), que celebra con agrado la obtención del primer premio de la recuperada Bienal Regional de Artes Plásticas Santa Cruz de Tenerife 2015-CEPSA, se queja de lo mal que lo está pasando la comunidad de artistas en las Islas, por la dificultad de exponer su trabajo porque hay pocas salas de arte y no digamos vender la obra que realizan, además de las cortapisas aduaneras para exhibirla en el exterior.

El espaldarazo que ha recibido con este galardón, económica y moralmente, se lo debe a una original instalación, "Caminar lo quebrado", que ha realizado con radiografías de los huesos que van desde la cadera a los pies de diferentes personas anónimas, excepto una que es de su propio pie, que luego ha ensamblado con tornillos. El resultado son dos medios cuerpos esqueléticos que miden doscientos cincuenta centímetros cada uno y que recorren un imaginario camino marcado por los tiempos que padecemos.

Esta creadora, cuya obra se expone en el Centro de Arte La Recova de Santa Cruz, junto a las otras piezas galardonadas y las seleccionadas como finalistas, también desarrolla actualmente una exposición individual en la sala del Ateneo de La Laguna, hasta el próximo 30 de junio.

Arteaga, que acabó sus estudios en Valencia, aunque comenzó la carrera en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, hace años que se decantó por hacer instalaciones para expresar sus inquietudes, además de utilizar como materia prima las radiografías de seres humanos, además de otros recursos como tarros de cristal o tejidos, entre otros.

"Lo ideal de esta instalación era colgarla en el techo, pero por las características del espacio no se podía. Entonces se colgó de la pared, pero quedó bien expuesta, porque es muy importante la luz y la sombra que proyecta la radiografía, que hace un dibujo. Entonces no se queda solo en una pieza tridimensional, sino en el dibujo que se proyecta sobre la pared y el suelo. Coge volumen al tener un fondo. Ya es una figura".

Hace años que esta autora se sintió atraída por las radiografías, desde que iba al médico y observaba cómo la colocaba en la caja de luz. "Siempre me llamó la atención. Es como ver todo ese mundo interior. A veces ves como paisajes, cosas muy definidas. Entonces empecé a trabajar con ellas. Otra cosa importante de la radiografía como material de trabajo es que te permite realizar piezas de gran formato. Esta, por ejemplo, mide dos metros y medio, pero es muy ligera. No ocupa nada y facilita mucho su traslado y su montaje. Ahora tengo una individual en el Ateneo de La Laguna y hay cortinas hechas con radiografías, una de ellas muy grande, de tres por dos metros, que cuando se recoge queda del tamaño de un cartapacio".

Esta artista ha reunido miles de radiografías, a las que se han guillotinado los datos de los pacientes a las que pertenecen. Las tiene ordenadas por partes del cuerpo, para facilitar el trabajo cuando las recorta y troquela para realizar sus instalaciones.

"Cuando acabé la carrera hice pinturas sobre lienzo, pero hace muchísimo que no pinto nada. La instalación permite expresarme con más acierto que con un lienzo. Hay gente que con lienzo se comunica perfectamente, pero yo me veo muy limitada, por eso estoy haciendo instalaciones".

Esta chicharrera, que comparte un espacio para crear con otros cinco artistas, una antigua fábrica de tabaco, se queja "de los tiempos que vive la comunidad artística, sobre todo aquí en Canarias. Prácticamente no tenemos visibilidad, ni trascendencia con nuestro trabajo, pero a pesar de todo estamos metidos en nuestros estudios y hemos desarrollado fórmulas para mantenernos. Aquí no hay mercado del arte, hay pocas galerías, no tenemos ayudas y tenemos un problema aduanero tremendo para poder sacar la obra de las Islas. Por eso agradezco que se haya recuperado la Bienal y a esas personas que me apoyan".

La vida misma es el eje central de su trabajo, en el que metafóricamente ensambla huesos rotos de un montón de personas a través de radiografías. "Mi obra trabaja sobre el cuerpo humano, sobre la huella que la vida deja en el cuerpo humano, sobre el dolor, la enfermedad... Todo el mundo ha tenido una radiografía en sus manos por un motivo u otro. Eso es el paso de la vida y esa huella que va dejando en un cuerpo".