El de ayer fue un día "de tranquilidad" en el barrio de Bajo la Cuesta (Candelaria), sobre el que pesa un expediente para su demolición desde el año 2008 (instruido por la Dirección General de Costas) y al que ahora pretende desalojar el Ayuntamiento de Candelaria por riesgo de desprendimiento y avalancha en el talud situado sobre el lugar. Ayer expiró el plazo para que los vecinos dejaran sus viviendas voluntariamente. Ahora "toca esperar".

Pero saben que en pocos días les comunicarán otro decreto de la Alcaldía pidiéndoles autorización para entrar en sus casas y desalojar a la fuerza. "Nos vamos a negar, claro", pero inmediatamente después "acudirán al juzgado y habrá que esperar a la resolución de su señoría".

Mientras, en el pueblo ayer se hablaba insistentemente de que "la alcaldesa ordenará el cierre de la calle (la única que hay) para impedir el acceso rodado a Bajo la Cuesta". Es otro de los pasos contemplados y comentados por la regidora, Mari Brito, quien también ha mostrado su disposición por volver a contactar con los vecinos para avanzar en una solución.

La situación actual de Bajo la Cuesta no tiene nada que ver, aparentemente, con la recuperación del espacio de dominio público marítimo-terrestre. Pero los afectados creen que, detrás del desalojo, prevalece ese fin último: que dejen sus casas y Costas pueda intervenir.

No se explican que hayan transcurrido cinco años desde que se produjo un primer intento de desalojo en 2010, debido a un desprendimiento. "Pero en este tiempo no han elaborado el estudio al que el Gobierno canario se comprometió y tampoco han realizado las obras para asegurar el talud". Es ahora cuando "se habla" de la caída de unas piedras en una zona que no tiene ni malla cuando el ayuntamiento encarga un informe externo "en el que se basan para echarnos de nuestras viviendas".

Mientras los vecinos perciben, además, "intereses extraños" en todo este asunto, la Alcaldía ha dejado claro que se trata de la seguridad de las personas.