En determinados sectores de Gran Canaria no ha sentado nada bien que en el próximo Gobierno de Canarias tanto el presidente como la vicepresidenta sean de Tenerife. Sospechan que con esta partida de nacimiento es difícil que "la isla con mayor peso político y económico" recupere su esplendor. Sin que el futuro Ejecutivo comience a andar, ya hablan de ruptura de tradiciones -primero fue la alternancia, una legislatura de aquí y la siguiente de allá; después el lugar de origen, si el presidente es de Tenerife, el vicepresidente, de Gran Canaria, y ahora que nada de eso se cumple, solo queda el recurso del pataleo- e insinúan que el pacto CC-PSOE no representa lo que el pueblo votó el pasado 24 de mayo en la isla redonda. Entre otras cosas, porque dicho acuerdo solo cuenta con el apoyo de cuatro de los quince diputados elegidos en esa circunscripción, algo así como el 27 por ciento de sus parlamentarios. Se podría pensar que simplemente se están poniendo la tirita antes que exista herida, pero conociendo su forma de maniobrar conviene estar vigilantes, ya que detrás de esta queja o demanda de más equilibrio, lo que andan buscando es disfrazarse de víctimas para lograr compensaciones en otros ámbitos. Tiempo al tiempo. De momento, ya han conseguido, basándose en este supuesto maltrato, que la Presidencia del Parlamento de Canarias la ocupe una diputada de Gran Canaria. Seguro que en la conformación del próximo Gobierno harán valer el mismo argumento para que prevalezca el color amarillo. Y así, pasito a pasito, lograrán su objetivo -avanzado por el presidente del Cabildo grancanario, Antonio Morales-, "corregir los desequilibrios que se han implantado en los últimos años". ¿Habla de carreteras, hospitales...? ¿A qué desequilibrios se refiere? Una vez más, es necesario estar atentos y no perder de vista estos movimientos.

Para rizar el rizo, alguno se ha dedicado a forzar el contenido del Estatuto de Autonomía, que en ningún momento se refiere a la procedencia de las personas que deben ocupar la Presidencia y Vicepresidencia del Gobierno canario. Solo habla, en su artículo 3, de que las sedes se alternarán entre las dos capitales canarias cada cuatro años y que cada uno de ellos residirá en una isla distinta a la del otro. Lo demás es fruto de la imaginación o de intentar sacar petróleo donde no lo hay.

En los últimos meses el Grupo de Comunicación EL DÍA ha sido objeto de ataques, que no tienen ningún tipo de fundamento, pues se basan en argumentos totalmente falsos. El primero de ellos, sostener que esta empresa se encuentra en una situación económica al borde del precipicio, lo que obligaría a sus propietarios, en particular a su editora y directora, Mercedes Rodríguez, a desprenderse de ella. Falso, totalmente falso. Después de varios años de crisis económica, en los que se han tenido que realizar muchos esfuerzos y sacrificios para seguir adelante, este Grupo ha logrado un superávit en sus cuentas. Los agoreros tendrán que callar porque EL DÍA goza de buena salud y continúa creciendo con su actual editora y directora al frente.