Llevamos ya muchos años tratando del tema. Son miles de horas predicando, una y otra vez, la necesidad de una toma de conciencia sobre el destrozo que estamos haciendo con los elementos que la Naturaleza nos ha regalado, como un bien material que tenemos la obligación ineludible de conservar, como hemos reflejado a través de toda una vida llevada a la docencia en el turismo, una actividad estrechamente relacionada con el desarrollo del territorio, el cual, como bien ha titulado la revista Turista Magazine Destinos, es nuestra casa.

"Proteger nuestra casa común" es el titular del editorial al cual nos referimos, donde la directora de la citada revista, la docta máster en Turismo Elena Villar, hace un encendido comentario de la encíclica papal "Alabado seas, mi Señor", dada a conocer recientemente por el Papa Francisco.

No es para menos la citada encíclica, que entra de lleno en el problema fundamental que venimos tratando como decimos, desde hace muchos años atrás.

El manifiesto de La Orotava, sobre la Declaración por la Calidad del Medio Ambiente, elaborado, y dado a conocer, en el año 2001, por los componentes del programa Máster en Calidad Turística-Ambiental Sostenible y Promoción de La Paz, recoge en su epígrafe número uno lo siguiente: "Debemos fomentar la educación y capacitación de la Humanidad como un instrumento para la conservación, el respeto y la mejora de los recursos naturales, potenciando así su desarrollo sostenible en beneficio de las generaciones futuras". Nada más esclarecedor ni más comprometido con el contenido de esta encíclica papal ni con el editorial que comentamos.

No es precisamente una casualidad que estemos continuamente insistiendo en el problema del desarrollo sostenible de los pueblos y los destrozos que se comenten a diario con las bendiciones que nos aporta nuestra naturaleza, cuando en nuestra larga vida hemos visto desaparecer las más hermosas muestras del paisaje en varios lugares íntimamente relacionados con nosotros, todo ello amparado en la palabra desarrollo, sin tener para nada en cuenta esas causas y efectos que señalamos en nuestro titular.

Nos vienen a la mente las imágenes de los aeropuertos de Barcelona y Tenerife inundados de basura, motivado por unas huelgas laborales ¿Quiénes son los culpables de esta situación? ¿Los que la provocan? ¿Y los que la asumen habrán pensado en el daño que hacen? ¿En sus causas y sus conse-cuencias? Hay cosas y hechos injustos que no tienen remedio. Los estamos viviendo en carne propia.

Cuando hemos presenciado las lágrimas de un emigrante que al volver a los lugares de su procedencia ha visto cómo han desaparecido hasta sus más íntimas señas de identidad, el reflejo de estas escenas no se olvidan fácilmente... "Disfrutar de los bienes que nos ha dado la Naturaleza, que satisfacen las necesidades de las generaciones actuales, sin poner en peligro la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras", apoyándonos en un fragmento del "Informe Bruntdland, Nuestro Futuro Común", ha sido, y es, nuestro referente cuando tratamos este complicado tema, que tiene mucho que ver con la especulación y la corrupción que hoy nos invade por todos lados.

La protección necesaria y el cuidado de nuestra casa tienen que tener presente la conservación y el cuidado de unas señas de identidad cuya presencia en el paisaje son incuestionables. La limpieza y el orden de nuestros más preciados bienes son otras de las vertientes que se nos van de las manos a diario, con la suciedad y el abandono presente en los más emblemáticos lugares, sin que, al parecer, tengamos en cuenta que el factor turismo que nos invade, proporcionándonos "bienestar y riqueza a la persona, a la familia, a la comunidad, al mundo entero", nos exige una especial atención en el cuidado de nuestra casa, extensión que llevamos hasta los límites de nuestra nación, de nuestro mundo.

Se hace necesaria una política seria, bien fundamentada, que tenga muy claro cuál es el objetivo, ese que señala el Papa Francisco y que tan bien ha sido recogido en el editorial de Turista Magazine Destinos "Proteger nuestra casa", que hoy comentamos con ese deje de nostalgia que tenemos quienes estamos esperanzados en que no sean palabras que se las lleva el viento, en este mundo cargado de injusticias, atropellos y sin razón.

*Del Grupo de expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas. ONU.