Se ocupan de abrir y cerrar puertas, atender el teléfono y a las visitas y hacer mil pequeñas tareas cotidianas. Los subalternos -conserjes y ordenanzas, principalmente- son una figura laboral que muchas veces pasa inadvertida pero sin cuya labor los colegios e institutos no podrían funcionar. El colectivo se enfrenta en estos días a una reestructuración que, a su juicio, supone un "desmantelamiento" de los centros educativos, algunos de los cuales verán reducida su plantilla de estos trabajadores.

La denuncia parte del sindicato OCESP, que ha alertado de que la resistencia de la Consejería de Educación a contratar nuevo personal no docente está llevando a acometer "traslados en cadena", lo que, a su entender, equivale a desmantelar el servicio.

El sindicato OCESP pide que se contrate personal y dice que hay un trabajador para 700 alumnos

Según José Antonio Pérez, de OCESP, la asignación a los centros de estos empleados públicos respondía a una ratio "orientativa" de entre 400 y 500 alumnos por trabajador, pero para este curso se ha decidido elevarla, de manera que centros con 700 estudiantes disponen de un único subalterno, algo que, a juicio del dirigente sindical, es "un disparate". "Los subalternos hacen muchas tareas, y sus cometidos son los mismos con 700 o con 800 alumnos", argumenta Pérez.

OCESP entiende, además, que este no es el momento en que deben adoptarse estas decisiones. Al actual equipo de la Consejería le quedan solo unos días en sus puestos y lo más razonable sería, alega José Antonio Pérez, que esta labor se dejase para el grupo que pronto se incorporará a la Administración educativa. La organización sindical mantuvo el martes una reunión con la viceconsejera de Educación, Manuela Armas, quien mostró su disposición a estudiar esta sugerencia.