El peso de las tasas de matrícula en la financiación de las universidades públicas canarias es uno de los más bajos del país. Apenas un 14,3% de los recursos de las instituciones académicas proceden de los precios que tienen que satisfacer los alumnos, mientras que el 85,7% restante corresponde a los fondos que inyecta la Comunidad Autónoma.

Así lo recoge el informe "La Universidad española en cifras" correspondiente al curso 2013-2014, presentado ayer por la Conferencia de Rectores (CRUE). Solo dos regiones -País Vasco y Galicia- presentan una menor dependencia de las tasas para su sostenimiento. En el otro extremo se ubican Madrid y Cataluña, donde los estudiantes aportan más del 30% de la financiación.

El estudio analiza, entre otras cosas, la evolución registrada por las diferentes fuentes de que se nutren las universidades para costear su actividad. Los precios públicos se han incrementado de forma generalizada después de que el Gobierno central impusiera para el curso 2012-2013 una actualización de las tasas para ajustarlas al coste real de los estudios. Canarias ha sido una de las comunidades más perjudicadas en este aspecto, aunque el encarecimiento de las matrículas -un 49%- quedara muy lejos del 158% y el 117% que experimentaron, respectivamente, Cataluña y Madrid.

Además, debido a que ya figuraban entre los más reducidos del país, los precios en las universidades de La Laguna (ULL) y Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) continuaban moviéndose en la zona baja en 2013, fecha a la que se refiere el informe. Después no han aumentado e, incluso, los de segundas y sucesivas matrículas han bajado.

El esfuerzo que hacen las familias de los universitarios canarios para abonar estas cantidades se cifra en algo menos del 5% de su renta per cápita, mientras que la media nacional supera el 5,5%.

La elevación de las tasas no se ha visto acompañada de un incremento proporcional de los ingresos por este concepto. Si los precios se han encarecido el mencionado 49%, la recaudación solo ha subido un 13%, probablemente porque en el periodo analizado también se produjo una significativa reducción del número de alumnos (más de 3.000 entre ambos centros).

La educación universitaria es más cara, a lo que ha contribuido una caída en la cuantía de las becas que, según los rectores, alcanza en España los niveles de hace una década y que está "extraordinariamente" por debajo de la media europea y de la OCDE. En el caso de las Islas, el número de becarios creció un 46,6% desde 2008, pero en estos años el importe medio de las ayudas descendió un 7,8%.

Entre 2010 y 2013 tuvo lugar un recorte del 13% en la financiación que aporta el Gobierno de Canarias. Solo Asturias ha escapado en estos años a la disminución de fondos autonómicos. Las universidades de otras seis comunidades han sufrido mermas de los recursos públicos inferiores a las que ha tenido Canarias, aunque esta se encuentra muy lejos de las que han tenido que padecer las instituciones de Castilla-La Mancha (más del 50%) y Cataluña (un 32%).