"Si dijéramos que nadie ha escrito castellano de modo tan perfecto como don Ramón del Valle Inclán, sentaríamos una afirmación sobrado rotunda"

Cuanto antecede, escrito en negrita como homenaje a los autores que voy a citar, son palabras que escribió o pronunció un día el gran don Antonio Machado. No lo digo yo; lo dice don Camilo José Cela en el tomo 15 de sus obras completas (página 22). No puedo saber, por lo tanto, quién dijo lo que dijo o quién escribió lo que escribió (que tanto monta, al menos en este caso, porque si grande fue don Antonio, grande fue también don Camilo). Así que mi intención es otra porque el problema que voy a citar es más gramatical que literario. He de expresar mi sorpresa por haber encontrado en el párrafo la palabra sobrado donde, según mi modesta opinión, no debió ser empleada. Para mí, la palabra cuestionada es un simple adjetivo. La siguiente palabra (rotunda) también lo es. La circunstancia aquí planteada me obliga a hacerme esta pregunta, que a muchos le parecerá intrascendente. Si adjetivo es la parte variable de la oración que califica o determina al sustantivo, ¿por qué extraña razón se pretende en este caso que califique a otro adjetivo?

Quiero aclarar que yo hubiera empleado la voz sobradamente, que es, como ustedes saben, un adverbio de modo. Y también saben ustedes que el adverbio es la parte invariable de la oración que modifica al verbo, al adjetivo (es el caso del presente comentario) y a otros adverbios. Citaré algunos ejemplos, dedicados a los más despistadillos: "cantar jubilosamente, superado ampliamente y demasiado alegremente". Quiero pensar que los ejemplos que cito son casi elementales. Tanto es así que el autor de este artículo a pensar que, bien don Antonio, bien don Camilo, no escribieron así por ignorancia. Hasta ahí podíamos llegar en nuestra apreciación, sino que todo se ha debido a un fallo de imprenta. Es más lógico pensar así que señalar con el dedo a dos grandes figuras de la literatura española y mundial.

Me dice Lolo que a él le parece que el vocablo sobrado puede ser considerado como adjetivo y como adverbio. No lo creo, pero...

Soslayo el asunto para evitar complicaciones, aunque sin abandonar del todo una relación con el fragmento del principio porque en él he encontrado también otra sorpresa. Ya vieron ustedes que en él se afirma con rotundidad que don Ramón María del Valle Inclán ha sido el mejor escritor del idioma español. No se habla de épocas, lo que pone las cosas más difíciles y nos obliga a aceptar que fue superior, no solo a Galdós, Unamuno, Azorín, Baroja, Marañón, Cela, Larra, Miró, Varela, Pereda, Ortega y Gasset, Dámaso Alonso..., sino también superior a Cervantes, Lope, Calderón, Tirso...

De todos modos, sus razones tendría el gran don Antonio Machado para opinar con tanta contundencia. Yo -por lo menos yo- acato la opinión del gran poeta sevillano. Por una sencillísima razón: ¿Quién es este cronista para atreverse a llevar la contraria o a poner en entredicho la opinión de una figura como don Antonio? ¿O como don Camilo José? Además de que ya se sabe que la opinión es libre en cuestiones diversas y más aún cuando se trata de temas literarios. ¿Tengo yo la culpa de que me guste más Bécquer que Alberti? ¿O Dámaso Alonso más que Vicente Aleixandre?

Lo dejo aquí. Ahora opinarán ustedes algo sobre este trabajo.

Si les place, claro...