La grancanaria -de nacimiento- Olga Cerpa, figura indiscutible del grupo Mestisay por su singular voz, emocionó anoche a todos aquellos que se dieron cita en un repleto teatro Leal.

La pregonera de esta edición de las fiestas de San Benito Abad evocó en una sencilla pero muy emocionante intervención a laguneros ilustres vinculados al mundo de la música y la literatura, algunos de ellos ya fallecidos como Carlos Pinto Grote o Arturo Maccanti.

Haciendo suyos versos y músicas, Cerpa arrancó más de una lágrima a un público que no dejó pasar la ocasión para reconocer a la artista.

"La Laguna ha ofrecido a Canarias personajes enamorados de su ciudad natal y, sin embargo, extraordinarios hijos del país, gentes empeñadas en la construcción cultural de Canarias y sus gentes, en dibujar con trazo fino la isleñidad, las esquinas de este color atlántico que nos definen como pueblo", leyó Cerpa, recordando a Pinto Grote y a Pedro Lezcano.

La cantante se refirió a san Benito como el "santo pobre, el de las viñas frondosas, el del trigo peinado por el viento". Un santo que, tras la fiesta, "no vuelve a su ermita, como muchos creen", sino que se queda "acurrucado" a las sombras del mercado.

"La Isla tiene un alma que vive en el Camino Largo, donde se anuncia La Vega y los devotos de San Benito dejan sus oraciones", continuó Cerpa, tras recitar unos versos de Maccanti: "Marinero fui/No he sido nunca un nauta aventurero/Yo me quedé a la orilla de este mar, soñando las distancias".

También se acordó de Dacio Ferrera, cuya voz y personalidad cantaora "marcaron" una revolución en la canción tradicional de Canarias. Y, cómo no, de Olga Ramos, "amiga del alma y espejo en el que me miro" y en la que pervive un canto eterno "que nos retorna a la infancia, al dolor de la ausencia...": el Arrorró. Después de escucharla cantarlo casi que se acabó el pregón. Comenzaron las fiestas de San Benito.