"Mucha ITE, mucha ITE, pero ahí está el Balneario, cayéndose a pedazos". La frase es de un habitual usuario de la autovía de San Andrés en su faceta de deportista aficionado. Ayer, tal y como se presagiaba, el debate social en la capital tinerfeña se centró en el edificio en ruinas tras la caída de un muro el pasado sábado. Hay coincidencia en el diagnóstico desde la óptica vecinal, de los expertos y de los defensores del patrimonio histórico: por un lado, rechazo a la opción del derribo que ha defendido el alcalde Bermúdez; por otro, rehabilitar y declarar BIC el inmueble. La Junta de Gobierno reclamó ayer al Ejecutivo canario, su propietario, que decida el destino futuro de la instalación.

"Como primera medida -manifestó Bermúdez- hemos aprobado reclamar al titular del edificio que aplique y refuerce las medidas de seguridad en el exterior, mejorando el cerramiento y el vallado".

El primer edil recordó el estado "prácticamente ruinoso en el que se encuentra el inmueble, por lo que también vamos a instar al Ejecutivo canario a que determine la viabilidad de mantener o demoler la actual estructura, incluso como decisión urgente para reducir el riesgo de los viandantes".

El alcalde apuntó: "El estado actual de abandono es evidente y en varias ocasiones, la última a finales del pasado año, reclamamos mejoras en la seguridad y su entorno". La Junta de Gobierno también decidió solicitar que "se decida el destino y la funcionalidad futura del edificio".

"Consideramos que sería el espacio adecuado para ubicar un nuevo centro de salud para Anaga, que sustituya a la Casa del Mar", explicó Bermúdez. El equipo de gobierno también dejó abierta la posibilidad de darle una utilidad como equipamiento para ocio o deporte, "y el ayuntamiento estaría dispuesto a colaborar".

Por último, el alcalde apuntó: "Desgraciadamente, el Balneario no podrá volver a cumplir con la función que prestó a los vecinos durante muchos años; su actual nivel de deterioro y el que ya no disponga de acceso al mar creemos que hace inviable esa opción".

El presidente de la Comisión de María Jiménez, Rafael González, tiene otra opinión. Así, recuerda que "la situación actual del Balneario es el resultado de la desidia y negligencia con el patrimonio histórico de las diferentes corporaciones municipales que ha tenido esta ciudad".

"La Comisión de María Jiménez -añade- siempre ha defendido la recuperación de este espacio público y que sea integrado en el proyecto Sol y Sombra, que contempla la rehabilitación de la playa de Valleseco".

González Talavera recuerda que "el 13 de julio de 2007, el entonces alcalde, Miguel Zerolo, se comprometió a redactar un proyecto de eje Balneario-Batería de San Carlos-Avenida Marítima que fue incluido en su programa electoral pero quedó en el olvido".

González considera que "por la importancia histórica que tiene el Balneario para Santa Cruz debe de ser el lugar idóneo para albergar el futuro centro dotacional integrado del distrito de Anaga que reúna la actividad cultural, social, educativa, deportiva y de participación ciudadana".

La Comisión "no entiende cómo el alcalde no acata la sentencia que ordena el derribo del mamotreto en Las Teresitas y tiene tanta prisa en tirar este enclave histórico".