La creatividad de generaciones de palmeros que vivieron en siglos pasados, unos antes y otros después, tuvo que ser desbordante. Piénselo un segundo: Enanos (¡mire que hay que echarle cabeza!), Minué (más cercano), Carro, Pandorga, el Diálogo entre la Nave y el Castillo... Eran unos privilegiados. Ahora apenas se arreglan textos, a lo sumo se crean algunas letras y casi siempre hasta se presume si acaso de recuperar actos perdidos, lo que a veces ya te vale para ser "investigador".

La capital, la Isla, tiene una deuda eterna con aquellos pensadores que se las ingeniaron (quizás gozaban de mucho tiempo libre) para sacar de la nada eventos tan populares como elegantes para seguramente divertirse, pero siempre pensando en honrar a su Patrona. Fue una época donde la palabra era lo importante y el teatro la forma de transmitirla. ¡El tiempo que nos ha robado la televisión!

La Semana Grande de la Bajada acabó ayer con otro acto espectacular. Primero, sobre las 8.30 horas, lo más "suave": la subida del Pendón desde las casas consistoriales hasta la parroquia de La Encarnación. Los religiosos y las autoridades civiles hicieron, como cada cinco años, una procesión casi "corriendo" en busca de la Virgen. Una alfombra artesanal tradicional de Mazo, ubicada entre el atrio del ayuntamiento y la intersección con la avenida de El Puente, hizo que el comienzo se realizara por la acera para "arrancar" con más orden en la calle Pérez de Brito en busca de la plaza de La Alameda, para acabar en el templo, donde la Virgen hizo noche tras descender el sábado desde el suyo.

Pasaban apenas unos minutos de las nueve y media de la mañana cuando se inició la procesión de entrada de la Virgen en el casco histórico de Santa Cruz de La Palma. Banda de música, militares, la presencia del buque de Acción Marítima Relámpago en la costa frente a las Explanadas... Vestidos de gala, pamelas, guantes y trajes de etiqueta para ellos. Al cronista le parece, de verdad, una parafernalia excesiva. Si se quiere, incluso, una exposición hasta provocativa para los tiempos que corren, sobre todo cuando la vestimenta de los consejeros del Cabildo se alquilan con dinero público. La mayoría cobran 3.500 euros al mes y el traje lo pagas tú. Además, si todo se hace por la Patrona, en honor a Las Nieves y no por presumir, no sería mejor pensar en cómo el hijo de la Virgen nació y vivió.

A los pocos metros de salir la Virgen, una vez superado el templo de la Encarnación por un lateral, la procesión hizo una parada. En ese momento, siempre, al menos en las últimas cinco bajadas, había salvas (cañonazos) a la Virgen desde el castillo. "Este año nos han dicho que no hay dinero, que hay que ahorrar y han decidido suprimir diferentes salvas a la Patrona, que es lo más importante de la fiesta. Esos son los políticos que tenemos", asegura a EL DÍA uno de los artilleros.

La procesión sigue bajando, pasan frente a "Los Doce de su Majestad" (llevan el papel en la sangre), milicias que defienden la ciudad, a la vez que la Policía Canaria -quizás allí debió estar la Local, que controla mejor la realidad de la fiesta y de su gente- invita a los asistentes a alejarse de la zona de influencia de los cañones. Junto a la Nave había miles de personas. ¿Cuántos miles? Decenas. No es sencillo decir un número. "Hay más que hace cinco años", comenta un fotógrafo veterano.

Luego, el Diálogo entre el Barco y el Castillo de la Virgen. Es un acto cargado de sentimiento y uno de los más antiguos de las Fiestas Lustrales. Bien elaborado y mejor ejecutado. La idea de forma resumida es que una nave se aproxima a la orilla de la capital con la Virgen a bordo (antaño incluso se subía la imagen de la Patrona a la embarcación), con una interpretación perfecta de los marineros, y desde la fortaleza que protege la ciudad le dan el alto y le exigen que se identifique. En ese momento se produce el diálogo de lo que se presume que será una batalla y que acaba en salvas a Nuestra Señora de las Nieves.

Por primera vez, una mujer, Alicia Fernández, fue la voz del Barco, mientras que su interlocutor en el Castillo fue el actor Quique Santacruz.

La procesión continuó en busca de la plaza de España, que este año se decidió embellecer (no me pregunten por la opinión sobre aquel engalanamiento). La fiesta desborda toda organización. Son espacios cortos y la gente baja en masa. Los medios pueden trabajar porque lo mejor que te puedes encontrar en ese ayuntamiento es su jefe de prensa, Antonio Tabares. Junto a la iglesia de la parroquia de El Salvador hay ciudadanos que esperan desde primera hora de la mañana a la llegada de la Patrona. Allí es difícil moverse. Gracias a que finaliza La Loa y la imagen de Nuestra Señora de las Nieves entra en el templo. Sí, desde allí vigilará la ciudad.