El polaco Rafal Majka puso la sonrisa en el Tinkoff al imponerse en solitario en la undécima etapa del Tour 2015, entre Pau y Cauterets, de 188 kilómetros, en la que hubo tregua en el Tourmalet bajo el control del Sky de Chris Froome, que pasó una página más con el maillot amarillo.

Majka, de 25 años y ganador de dos etapas y el maillot de la montaña en 2014, fue el más fuerte en la escapada buena del día, que se formó en el kilómetro 80 y en solitario alzó los brazos, firmando una victoria balsámica para la escuadra rusa.

Una sonrisa para el equipo de Alberto Contador después de sufrir el "Huracán Froome" en la Pierre de Saint Martin, en este caso a cargo corredor que después de perder 10 minutos en la etapa precedente, resucitó en el Aspin y Tourmalet para apuntarse la etapa a lo grande.

El ciclista de Zegatowice entró en Cauterets con 58 segundos de adelanto sobre el irlandés Dan Martin; y 1.23 sobre el campeón de Alemania Buchmann.

Los favoritos cerraron la jornada de tregua a 5.19 con Valverde al frente, quien esprintó para rascar 2 segundos a Froome, Contador y Quintana. De nuevo pinchó Vincenzo Nibali, el defensor del título, a 50 segundos.

La explosión de Froome en la primera etapa pirenaica ha metido el miedo en el cuerpo al resto de candidatos, sometidos al control del Sky, dominador en la subida y descenso tanto del Aspin como del Tourmalet.

Puertos míticos que centraban el aliciente de la etapa, pero en esta ocasión escenarios del paseo entre rivales que decidieron sacar bandera blanca bajo el sol abrasador de la cordillera pirenaica.

Subir el Tourmalet, con sus 17 kilómetros al 7 por ciento, siempre abre expectativas. Su largo descenso invitaba a pensar en valientes como Nibali. El Astana asomó la cabeza y seleccionó un grupo de 12, pero Froome puso al frente a Richie Porte y desde entonces nadie movió ficha.

Majka coronó el Tourmalet (2.115 metros) en cabeza con 1.30 sobre sus excompañeros de fuga, y además se llevó 5.000 euros por el premio Jacques Goddet. El grupo del líder, a lo suyo, cruzó con más de 5 minutos de retraso, ajeno a lo que sucedía por delante. No era su guerra.

En la bajada tampoco se alteró el orden que seguía imponiendo Richie Porte, con el maillot de la montaña prestado por Froome. Un tren conformista. Después del batacazo de la víspera "que me quede como estoy", iría pensando más de uno.

Restaba el ascenso a Cauterets, de apenas 6 kilómetros al 5 por ciento. Mientras Majka seguía el camino hacia la gloria con la etapa asegurada, los acelerones de ultima hora ahogaron de nuevo a Nibali. Y van....Este no es su año.

Valverde despertó antes de la última curva, se adelantó y le quitó 2 segundos al grupo de la alta jerarquía. Nada grave. Froome ve la vida de color de rosa, dominador y respetado por todos. Tiene alejados a sus rivales en la víspera de la etapa reina de los Pirineos. Le siguen Van Garderen a 2.52 minutos, Quintana a 3.09, Valverde a 3.59, Contador a 4.04 y Nibali a 7,41.

Se esperaba más de una etapa que solo resultó inolvidable para Majka. Vino para ayudar a Contador en la montaña y ganar una etapa. Lo segundo ya lo ha hecho. En 2014 venció en Chamrousse y Saint Lary Soulan. Un año después volvió al podio, en la misma cima que vio la primera victoria de Miguel Indurain en el Tour, en 1989.

La etapa reina de los Pirineos llega con la duodécima etapa entre Lannemezan y Plateau de Beille, final en un puerto de categoría especial con 15 kms al 8 por ciento de media. Antes, el Aspet, Col de la Core y el Port de Lers. ¿Segunda explosión de Froome?. El Tour tiembla.