Si TLPTenerife se cuenta por noches -ayer fue la segunda-, Summer-Con se contabiliza por días. Después del encendido de pantallas del martes que abrió el tiempo de juego, descargas y otros desarrollos informáticos para los 2.100 habitantes del recinto ferial, una veintena de pabellones abrieron por la mañana. Desde El Corte Inglés, en su primera incursión en la TLP, hasta un puesto de la Universidad de La Laguna, RNE, las tiendas mangas más variopintas y hasta MeriStation.com. Tal vez por la relevancia nacional de esta TLP, que coincide con la de Valencia, MeriStation.com, con sede en El País, ha trasladado a su redacción a la capital de la tecnología.

Una de las peculiaridades de esta edición es la distribución del aforo. La organización que dirige Antonio Cabrera, con Innova7, colocó el escenario en el centro de la nave central, quedando dividida en dos. El área informática queda en el espacio más próximo a Cepsa, precisamente uno de los patrocinadores. La zona más cercana al Auditorio, para Summer-Con.

En una ciudad donde el Carnaval es Fiesta de Interés Turístico desde 1982, Summer-Con podría definirse como una fiesta de disfraces. Pero quienes han hecho del mundo del cómic y el videojuego una forma de vestir lo considerarían un insulto. De parte y parte.

Más allá de los ordenadores hay vida. Y hasta el sombrerero de "Alicia en el país de las maravillas" llegó ayer al mundo manga de la TLP, al igual que centenares de personajes como el ejército clon de Darth Vader o más clásicos, casi "retros", como Superman... Los atuendos de esta edición han sido más veraniegos y menos elaborados. Cosas del calor.

En la zona de Summer-Con, uno de los platos fuertes llegó por la tarde. Más allá de los personajes del cómic, la gran final de Island Of Legends, que se jugó en la tarde-noche de ayer, donde participaron unos sesenta equipos y que se vivió con la intensidad de un Real Madrid-Barcelona.

En la terraza del recinto, con vistas al parque marítimo, otro escenario que completa la oferta de Summer-Con, con un karaoke, en la zona más musical de TLP, que también se extiende por las entrañas del recinto ferial, de los pocos lugares frescos. En Tenerife Lan Party no existe el día y la noche; no hay tregua.

La oferta es tan variopinta que por la mañana, cuando los amantes de la informática que habían hecho noche en el recinto decidieron ir al Parque Marítimo, otros acudían tableta bajo el brazo para asistir a las charlas que se impartieron en diferentes salas del Auditorio de Tenerife. Bastó una hora para comenzar a familiarizarse en códigos sobre cómo hacer una app, un vídeojuego o un blog. La oferta más didáctica se completó con la exposición del programa Google Summer of Code, dirigida a universitarios que logran una beca a cambio de pasar el verano programando.

Es la otra cara de TLP. Menos fotogénica, pero, a la larga, con mayor rentabilidad profesional.