Las declaraciones efectuadas la semana pasada por Fernando Clavijo a un medio de tirada nacional, acerca de la necesidad de definir el modelo de sector turístico en las Islas y, por ello, de abrir un debate serio que sirva para reflexionar sobre el futuro de la principal fuente de ingresos del Archipiélago, ha suscitado todo tipo de valoraciones, en algunos casos muy alejadas de las intenciones del nuevo presidente del Gobierno canario, fruto quizás de la falta, precisamente, de reflexión. Es ahora, recién iniciado su mandato, cuando deben plantearse este tipo de iniciativas. Nada disparatadas, por otra parte, teniendo en cuenta los datos que arroja el sector. Las Islas deben plantearse cómo sacarle mayor rentabilidad, en términos de empleo, a una actividad que mes tras mes bate récords -más de 13 millones de visitantes-, recortando, a su vez, los costes que origina sobre el territorio (medio ambiente, naturaleza...). Por el momento, Clavijo ya ha dicho que él apuesta por la excelencia; por analizar la capacidad que tiene el Archipiélago y que este sector, que supone el 30% del PIB regional, irradie riqueza al resto de la economía, a través del consumo de la cultura, patrimonio, comercio, restauración y ocio que ofrecen las propias islas. Unos objetivos que, seguramente, van a encontrar apoyos y, también, generarán recelos, pero, sobre todo, deben hacerse viables y no solo quedarse sobre el papel. Para ello, hace falta capacidad de diálogo y apertura de miras. Por el momento, conviene valorar la buena disposición del presidente del Gobierno, quien ya ha dicho que está abierto incluso a modificar el decreto sobre alquiler vacacional aprobado por su antecesor hace apenas unos meses y que no ha dejado satisfecho a ninguno de los implicados.

El debate sobre el modelo turístico no debe ocultar otros problemas que tiene Canarias y que quedaban plasmados en la primera página de este periódico en su edición de ayer sábado. El negocio industrial ha caído en las Islas un 33% en el último año y el del sector servicios experimenta un pobre avance, el menor del país, pese a ser una de las fortalezas del Archipiélago. Son realidades que han de abordarse de forma conjunta y formar parte de ese objetivo, enunciado por Clavijo, de que el turismo, como locomotora económica, tire del resto de los sectores de las Islas. Al igual que la recuperación de la construcción pasa por la renovación de la planta alojativa, "llave del cofre" para crear empleo, según palabras del presidente de Ashotel, Jorge Marichal. Aunque, ahora bien, ojo a sus advertencias contra las políticas bienintencionadas puestas en práctica que fracasan por su falta de adecuación a la realidad.

Ojo, igualmente, a los cantos de sirena que ahora parten desde la capital del Reino. Nada que objetar a la recuperación del diálogo con el Gobierno central si este sirve realmente para algo. La prueba del algodón para el Gabinete de Rajoy son los Presupuestos Generales del Estado de 2016. Ahí es donde se verá si el talante mostrado por el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, es algo más que una pose.